La adicción al alcohol de su batería casi termina con Biffy Clyro

En una historia que se repite más de una vez en el mundo del rock, el batería de , Ben Johnston, ha confesado a la revista Q que sus problemas de adicción al alcohol estuvieron a punto de terminar con la banda.

Johnston tuvo que coger el toro por los cuernos para que la banda no tuviera que optar por separarse antes de publicar su esperado nuevo doble disco, «Opposites».

No tenía botón de stop. Seguía y seguía hasta que me desmayaba. Yo y Simon (Neil) nos distanciamos a lo bestia. Era yo el que lo iba a joder todo.

Coincidió con un periodo muy duro del frontman Simon Neil, que veía como su mujer sufría hasta tres abortos naturales.

La vida había ido genial (hasta entonces). De golpe, la banda se caía a trozos y mi mujer estaba pasando por su peor temporada. Devastador.

Cuenta Johnston que su tolerancia al alcohol fue disminuyendo progresivamente y a las cinco pintas de cerveza, se desmayaba. Por eso, decidió cambiar a copitas de vino blanco, que poco después se convirtieron en pintas de vino. Poco más tarde la banda empezó a ser víctima de los problemas del batería: perdía vuelos y llegaba tarde a ensayos. «Medio pensaba, ‘Quizá volvamos a casa sin disco. Y sin banda.’»

Hubo un particular incidente que le hizo abrir los ojos: se desmayó en las sesiones de grabación del nuevo álbum, en Santa Barbara, siendo encontrado por su hermano, el bajista James Johnston, en el suelo y un tajo en la oreja. A partir de ese momento, el batería decidió acudir a reuniones de alcohólicos anónimos en Los Angeles sin que, desde entonces, haya vuelto a probar el alcohol.

El 28 de enero se pondrá a la venta «Opposites», doble disco integrado por «The Sand At The Core Of Our Bones» y «The Land At The End Of Our Toes».