El gran Mike Patton ha mantenido una interesantísima charla con The Believer sobre multitud de temas: desde sus inicios imitando sonidos, sus trabajos con multitud de músicos o, incluso, el futuro de Faith No More.
De como fue creando su amplia paleta de sonidos vocales:
Bueno, desde jovencito, imitaba sonidos de pájaros pero no lo sabía en su momento. Es lo que me dicen mis padres. Una vez empecé a hacer esos extraños sonidos con mi voz, me dieron ese pequeño flexi-disco de sonidos vocales, de tipos que podían hacer sonidos extraños. No sé porqué me lo dieron pero era uno de mis discos favoritos. Todo viene de lo que he descubierto y las cosas que he sido capaz de probar. Tocar con un saxofonista y un batería, (y) ver qué pasa. No soy un músico académico, estudiado, aprendido.
Es gente de la que aprendes. Creo que una de las cosas que me abrieron la cabeza fue empezar a improvisar, tras conocer a John Zorn. Me alentó. Y cuando vienes de una banda -de una base de canciones, es como que, ¿como improvisas? Así es, literalmente, la manera en que pensaba: bueno, ¿qué hago si no sé lo que estoy haciendo? Y me dice, ‘Ese es el tema’. Y cuando empiezas a sumergirte en esa cultura de la improvisación, tienes que estar lo suficientemente cómodo como para meterte en esa situación potencialmente peligrosa. A veces eso no es tan agradable para el público pero, hey, no estoy seguro de que estemos aquí por el público.
Sobre, Moonchild, proyecto que comparte con John Zorn:
No leo nada de música pero Moonchild es una cosa específica. Normalmente, la mayoría de los proyectos de Zorn están muy compuestos y estructurados -aparte de ‘Cobra’- pero Moonchild cuando empezó, la manera en que me lo describía era que quería usar la tradición oral de la música rock. Es como, ‘Quiero hacerlo como lo hacéis’. Y me quedaba, ‘¿Qué quieres decir con como lo hacemos nosotros?’ Y me decía, ‘El modo en que canturréais un riff el uno al otro y lo ensayáis durante un tiempo y luego lo grabáis’. Eso es lo normal para mi pero para él es exótico.
Sobre Fantômas:
Fantômas está 100% escrito. Con música como Fantômas tienes que anotarla porque cambia rápidamente. Las cosas pasan tan rápidamente porque cambia tan rápidamente. Las cosas pasan tan deprisa que siempre tienes que estar pensando, ‘¿Qué pasa luego?’, así que es realmente importante para esa banda -y todos hemos aprendido a hacerlo- anotarnos nuestras notas. Por ejemplo, Trevor (Dunn), el bajista, está musicalmente muy instruido, escribe música de forma tradicional. (Dave) Lombardo (de Slayer) lo hace en una especie de anotaciones de batería. Buzz (Osborne de Melvins), no sé como… Sus notas son casi imposibles de descifrar.
Lo genial de Fantômas era que llegamos a un punto en el que no necesitábamos notas y eso es asombroso. Hacíamos todas esas locuras de forma natural.
Patton compone de forma visual:
En casi cualquier situación musical en la que he estado, especialmente con Faith No More, siempre decíamos, ‘Piensa en Harry Dean Stanton en ‘Paris, Texas’. Y usábamos momentos como esos. O la escena en que desenfundan las pistolas en ‘Goodfellas‘. Hace unas semanas grabé con Zorn y tratábamos de dar con un enfoque vocal para cierta pieza y le dije, ‘Oigo como el narrador de ‘Alphaville‘. Ya sabes, esa película de Godard donde le revientan la garganta en la guerra y tiene que llevar un aparato de esos electrónicos. Y Zorn me dijo, ‘¡Perfecto!’ Eso es un punto de referencia que puedes usar. En lugar de decir, ‘Una nota negra aquí y una corchea y una séptima menor’. No. A mi me funciona mucho mejor decir, ‘Hazte una imagen de esto’.
El vocalista no disfruta escribiendo letras:
No lo disfruto nada. Además tengo la sensación de no ser demasiado bueno haciéndolo. No estoy seguro de por qué. Creo que eso viene de mis primeros tiempos en bandas cuando ya estaba toda la música compuesta y sabía que tenía que meterme en el estudio al día siguiente así que me hacía un par de cafeteras y trataba de escribirlo todo en ese momento. No sé porqué pero hay cierto elemento de pánico en escribir letras que no estoy seguro de disfrutar. No escribo nunca la letra primero. Nunca lo he hecho. Así que, en algún sentido, las letras se piensan después -es primero la música. No he encontrado una manera de hacer las letras super musicales. Esa es una de las razones principales, especialmente con Fantômas, compuse toda esa música compleja y me decía, ‘No puedo escribir palabras para esto’. Tiene que ser pre-verbal. Tengo que hacer solo sonidos. Tengo que ser como un segundo guitarrista. Esa es la única manera en que esto va a funcionar. Ya hay demasiada información. Así que, en la mayoría de casos, si escribo las palabras, hago la primera versión a lo lenguaje de bebés para ver si esos sonidos funcionan. Luego trato de encontrar palabras que encajen en esos sonidos.
La idea que hay, al menos en la cultura rock o pop, de que el cantante está en una especie de pedestal, en el Speaker’s Corner – nunca he suscrito eso. No soy poeta. No estoy en el escenario para desahogarme. Hago declaraciones musicales o, la mayoría de veces, preguntas musicales para que la gente las responda y no voy a entrometerme en eso.
Sobre los errores en su música:
Siempre lo he pasado mal escuchando mi propia música. Si pusiera mi disco, empezaría a llorar ahora mismo, no porque sea el Sr. Tímido ni nada sino porque si me sentara a escuchar, oiría todos los errores. No oyes las cosas buenas. Pero eso ha cambiado recientemente. A medida que te haces mayor, te dejas ir un poco más. Cuando Faith No More hizo la gira de regreso, tuve que reaprenderme todo lo que compuse cuando tenía diecinueve años. Y la verdad es que oí muchas más cosas buenas de las que recordaba. Hizo que todo fuese realmente agradable, como una agradable vuelta a casa.
Todos los errores son pequeñeces técnicas, en plan, ‘no debería haber cantado así’ o, ‘vaya, si que estuve plano ahí’. No es como, ‘Oh, no debería haber hecho este disco’. Porque siento que aún quizá no gustándome algún disco en particular, era un paso en el proceso y debí aprender algo de ahí. Creo que eso es un punto de vista más maduro. Si me hubieras preguntado hace diez años te hubiera dicho, ‘Oh, este disco es una mierda y ese es una puta mierda’ pero todo tenía que pasar.
De un nuevo trabajo con Faith No More:
La cosa ha menguado. También creo que somos un poco demasiado conscientes por nuestro propio bien en cuanto a que hay un número de bandas que quizá hicieron algunas cosas buenas y luego necesitaban dinero y se juntaron y básicamente rociaron diarrea por todo su catálogo. Eso nos preocupa mucho. No queremos pasarnos.
La contextualización de sus proyectos es clave para entender su música:
Todos (mis) proyectos tienen cierto número de parámetros y reglas, de algún modo. Y necesitan hacerse de determinada manera, componerse de determinada manera y, creo que, vistos de determinada manera. Por eso no saldré sin camiseta en un concierto de Mondo Cane y me escupiré por encima. Creo que eso rebajaría la música. Puedo hacer eso en una banda diferente, ¿sabes a lo que me refiero? Si quisiera tragarme el vómito de alguien, podría hacer con Tomahawk. Supongo que una de las razones por las que tengo todas estas bandas diferentes es porque me gusta contextualizarlas. Me gusta ponerlas en diferentes compartimentos. Creo que si cogieras todos mis proyectos y los pusieras en una banda, los metieras en una batidora, sonaría a mierda. No sería divertido.
Recuerda una anécdota con Mondo Cane actuando en un festival en Finlandia:
Esto fue un momento revelador. Estábamos de gira con Mondo Cane y estábamos tocando en teatros e iglesias y sitios así. Y todo iba genial. Nos tocaba un concierto en Finlandia, en un festival, por el cual yo ya estaba en plan, ‘Madre mía…’. Los festivales en general, para esas cosas, con esa formación y todo son – yo estaba preocupado. Pero entonces me enteré que era un festival de metal. Y yo estaba cabreado. Decía, ‘Esto va a petar’. No por mi – estaba preocupado por el resto de músicos y por preservar la integridad de la música. Es decir, ¿íbamos a tocar todo ese suave material de orquesta ante un puñado de vikingos tatuados y con piercings? No sé. Dime si me equivocaba. Así que tocamos y había veinte mil personas o así – fue uno de los públicos más numerosos para los que hayamos tocado – y no solo fue un éxito, la gente quedó impresionada, quieta. Bajamos del escenario y los que ayudaban con el montaje del escenario que nos habían ayudado todo el día, estaban llorando. Nos dijeron (mientras pone acento finlandés), ‘Esta es la música más bonita que haya oído nunca’.
Sobre tener tantos proyectos:
No es una jugada profesional demasiado inteligente, a nivel económico porque es confuso. Nadie sabe qué demonios estoy haciendo. No es que todos los proyectos estén bajo mi nombre. Algunos son conceptos de bandas. Algunos son colaboraciones. Algunos son míos. Algunos son con orquestas. Si estuviera en una gran discográfica y no controlara mi destino, por así decirlo, me habrían cortado la cabeza hace mucho tiempo.