Han pasado más de 20 años de su publicación pero aún hoy se sigue hablando como si se hubiera editado ayer de «Nevermind», el álbum que catapultó a Nirvana al ‘mainstream’ más masivo y sirvió para que el ‘grunge’ tuviera su estandarte principal.
Hablando con Rolling Stone, el que fue productor del álbum, Butch Vig, ha recordado el primer contacto que tuvo con el material que finalmente acabaría sonando en el disco.
La semana antes de viajar a Los Angeles (a producir «Nevermind»), Kurt (Cobain) me mandó un cassette, grabado con un radiocassette. Sonaba terriblemente mal. Casi no se entendía nada. Pero pude oír el principio de «Smells Like Teen Spirit» y supe que era maravilloso.
El trío junto a Vig y Andy Wallace se metieron en los estudios Sound City de Van Nuys (California) a grabar y mezclar en poco más de un mes el disco.
Vivían en un complejo de apartamentos y era un caos. Había graffitis en las paredes y los sofás estaban al revés. Se quedaban despiertos cada noche y se iban a Venice Beach hasta las seis de la mañana. Yo entraba en el estudio a mediodía y ellos llegaban a eso de las cuatro.
Lo cierto es que, pese a que pueda parecer lo contrario, el tema que más costó grabar fue «Something In The Way»:
Da igual lo sutilmente que trataran de tocarlo, siempre sonaba demasiado agresivo. Kurt entró en la sala de control y me dijo que tenía que sonar así – mientras susurraba y tocaba la guitarra con tanta suavidad que casi no se oía. Era hipnotizador. Saqué un par de micros y construímos toda la canción a su alrededor.
Otro detalle que quiso enfatizar Vig fue la voz de Cobain:
Kurt no paraba de intentar enterrar su voz. Yo seguía argumentando, «No puedes hacer eso. Tu interpretación vocal es tan intensa como la batería, el bajo y la guitarra.»