La semana próxima se reeditarán el debut («Acrobatic Tenement») y el álbum más exitoso («Relationship Of Command») de At The Drive-In y por ello en Spin han charlado con el vocalista Cedric Bixler-Zavala, aprovechando para hablar de los inicios del grupo pero también de su reunión el pasado año o el futuro.
Sobre la situación del grupo al publicar su debut, en 1996:
Antes del álbum, la banda se había separado. Habíamos hecho una gira por EEUU y habíamos decidido separarnos. Siempre necesité a Jim (Ward) ahí pero tuvo un encontronazo con Omar (Rodriguez Lopez). En ese momento, tomamos algunas decisiones tontas – echamos al batería que tocaba en el disco y luego echamos al guitarrista – pero llegaron Tony y Paul. Omar cambió a la guitarra porque tocó el bajo en ese álbum así que cuando tocábamos en directo, era muy diferente. Jim había estado escuchando mucho indie de ese hiperactivo, cosas como Built To Spill y así sonaba el álbum.
Del inicio del grupo:
Uno no entiende porqué está cabreado cuando es joven. Tienes ese blues del joven. Metes en la batidora el uso ocasional de drogas, a veces drogas duras y no tener una vida normal, estando siempre en la carretera. Acabo de tener gemelos hace un par de semanas, estoy casado. Creo que solía guardármelo todo cuando estaba en una banda, esperando que la vida útil fuese más larga de lo que debería serlo. Ahora estoy en un momento de mi vida en el que expreso como es estar en el lado amable de las cosas.
Mi yo de entonces estaría cabreado con en quien me he convertido. La versión de 20 años de mi tenía toda esa energía, y quería ofender con su arte y quería comunicar aún sin saber qué quería comunicar. Ahora escribo música donde soy muy directo. No hay mensajes crípticos. No hay lenguajes inventados. Creo que mucha gente podría apañarselas con un disco de Flying Burrito Brothers – hace milagros. Es una gran droga de escape.
Del éxito de «Relationship of Command»:
Había tantas cosas divertidas en aquellos tiempos: podías encender la TV y salía Limp Bizkit y luego nosotros. Recuerdo hacer muchas entrevistas con medios ingleses y la gente decirnos, «Nos parecéis exóticos, los nombres de las canciones y la franela y vuestra imagen es exótica». Yo sabía de qué escuela proveníamos y que gente como Hot Snakes o Drive Like Jehu eran nuestras influencias más grandes pero no éramos precisamente grandes en Europa. Me preguntaba siempre si (el éxito era), ¿por el directo, las canciones, los álbumes? Y la verdad es que sabía que éramos afortunados. Me gustaría pensar que el hecho de girar tanto había dejado su marca. Nos podías ver en todos lados.
De la separación, no mucho después de la publicación de aquel álbum:
Técnicamente nos separamos pero, en interés del sello y el manager, dejamos la puerta abierta llamándolo «paréntesis». La gente dice que (la ruptura ocurrió) en la cúspide de esta cosa interesante que pasó pero de lo que yo recuerdo, no parábamos de girar. Mi casa era siempre el suelo de la casa de alguien. En ese momento era más como, vayámonos a casa, descansemos un poco y empecemos algo nuevo que demuestre que esta no es la mejor manera.
En aquella época Omar y yo éramos amigos íntimos. Creativamente sabíamos como terminar la frase del otro. No había esta sensación de no puedes hacer esto, eso es demasiado. Mars Volta siempre fue algo de abarcar demasiado y lo que sobrara de eso. Nunca pensé que fuese a haber público para ello. Siempre pensé que podríamos gastar todo el dinero ganado con At The Drive-In y decir, «Hey, este es el proyecto que realmente me apasiona, echadle un vistazo». En su momento fuimos tan irresponsables y dijimos las peores cosas posibles en entrevistas sobre el resto de la banda. Fue lo peor que pudimos hacer.
Probablemente fue un intento de distanciarnos de ellos. Estábamos recibiendo un montón de hype estúpido, la gente calificaba a At The Dive-In como los nuevos Nirvana y mierdas así. Nunca pensé que fuésemos los próximos nada. Solo éramos un grupo de chavales de Texas que sabía como manejarse siendo el último mono. Luego, al llegar arriba, fue raro manejarlo.
De su regreso el pasado año:
Sólo quería hacer las paces con todo el mundo; de alguna manera disculparme con todos los que estuvieron involucrados. También había esa especie de cosa silenciosa de las mujeres y la gente que apreciábamos que también estuvieron involucrados, que cargaron con el peso de la negatividad durante años. Si, nos pagaron pero no lo hice por eso. Lo hice para reavivar viejas amistades.
Del futuro de At The Drive-In:
Por ahora si que hemos terminado para siempre. Pero nunca digas nunca. Aún hay mucho por redimir y comportamientos que explicar. Sé que suena críptico, pero la reunión no fue la reunión más guay que podríamos haber hecho. Creo que todos en la banda trataron de dar lo máximo pese a que alguna gente parecía no querer estar ahí.
De su material en solitario tras el fin de The Mars Volta:
Llevo un tiempo trabajando en mi propio disco. Lo que empezó como un proyecto en solitario se ha transformado en banda. No tenemos nombre pero empezó de canciones que compuse porque estando en Mars Volta no era precisamente el lugar más adecuado para descubrir que yo podía componer canciones así que también tuve que descubrir eso. La mayoría eran canciones que estaba componiendo para mi mujer, muchas cosas acústicas, mucho ‘lap steel’, muchas cosas rollo domingo por la mañana. Yo no escribía nada de música en The Mars Volta. A nadie le estaba permitido (risas). Vas a tener mi versión de lo que debería ser una canción. Es realmente suave. Es material muy en plan balada. Siempre he tenido esa fijación en el power pop de los 70. No sé si debería decir eso, pero a eso me suena.