Uno de los conciertos del año llegó a Barcelona de la mano de los británicos Muse que desplegaron su arsenal de hits musicales del siglo XXI rodeados de una parafernalia visual y lumínica digna de los más grandes.
Pero antes de que el trío más un cuarto miembro que les acompaña en los directos se subieran a su gigantesco escenario, un par de grupos españoles fueron los encargados de abrir la tarde-noche. Primero fue el turno de You Don’t Know Me, que tuvieron una oportunidad inmejorable de presentar los temas de su último LP «Algo Real«. Los siguientes fueron los mallorquines L.A., con sus 5 discos y 1 EP ya han paseado su música por México o el mismísimo Reading Festival, así que no les costó mucho demostrar tener tablas suficientes para soportar con mucha dignidad ser teloneros de un grupo como Muse. Los breves minutos de los que dispusieron los dedicaron para mostrar a la audiencia que empezaba a llenar el recinto los temas de su último disco «Dualize«, como por ejemplo el corte que da nombre al disco o la deliciosa «In The Meadow«. El cuarteto liderado por Lluís Albert Segura también tuvo tiempo de tocar temas del estupendo «Heavenly Hell» como «Perfect Situation» y «Hands«. Aunque sus tres últimos discos son los más conocidos por el gran público, también sonó «So Dramatic» de «Welcome Halloween«, para terminar con un hit que nunca falla como es «Outsider«.
Pasados 10 minutos del horario previsto, las luces se apagaron, los móviles se encendieron y en las pantallas empezaron a reproducirse piezas del vídeo de «The 2nd Law: Unsustainable«, tras esto arrancaban por todo lo alto con «Supremacy«, uno de los mejores temas de su último disco. Poco le costó al público entregarse a los aires majestuosos de Matt Bellamy y compañía, pero por si acaso se habían preparado un inicio fulgurante con «Supermassive Black Hole» y «Panic Station» para ganarse a los pocos escépticos que hubiera. En esta última, unas caricaturas de algunos políticos mundiales bailaban en las pantallas al ritmo de la canción.
Es imposible quedarse con los millones de detalles que ofreció el concierto: un enorme robot paseándose por el escenario cuando sonaba el dubset de «The 2nd Law: Unsustainable«, un zepelín en forma de bombilla volando por encima del público del que en mitad de «Blackout» se desprendía una bailarina que ejecutaba acrobacias, un actor corriendo detrás de dinero lanzado como confeti en una clara crítica social mientras sonaba «Animals» y un largo etcétera.
A pesar de que el concierto estuvo plagado de canciones de sus tres últimos discos, el trío de Teignmouth no podía irse del estadio sin recordar clásicos de sus inicios como «Plug In Baby«, «Feeling Good«, «Stockholm Syndrome» o «Hysteria«, temas más guitarreros que también hicieron las delicias de las casi 50.000 personas que abarrotaron el Lluís Companys.
Para terminar, no se comieron mucho la cabeza y tiraron de dos de sus canciones más conocidas de sus últimos años: con «Uprising» y «Starlight» ponían un broche final a un concierto con una propuesta audiovisual incuestionable.
Para bien o para mal, Muse se han convertido en uno de los grandes grupos de nuestra época. ¿Cuántos artistas rock son capaces de llenar un estadio en un país en crisis como éste? Y si a esta premisa le sumamos grupos con 6 discos o menos, el número se reduce ostensiblemente.
Texto: Elías Huerta
Agradecimientos: Live Nation