La gente de Spin le ha pedido a Josh Homme que comparara la baja de Nick Oliveri y la de Joey Castillo de Queens Of The Stone Age.
Queens han subido en mi lista de prioridades. En lugar de ser mi colega de tragos, se ha convertido en mi colega de guerra. Y ahora los chicos de la banda son también más importantes para mi. Cuando tenían verdaderas ganas de hacer un disco les dije, «Vale, si queréis hacerlo, no estoy en el mejor momento. Tendréis que empezar en la confusión y no sé donde irá y vosotros tampoco». Pero eso nos comprometió más. Teníamos que confiar los unos en los otros o nos desmenuzaríamos unos a otros. Creo que algo de eso tuvo que ver con porqué perdimos a Joey (Castillo, batería) y tuve que dejar que se marchara (durante la grabación de «…Like Clockwork»). Lo pasó realmente mal navegando por la incertidumbre. Pese a ser muy amistoso, dio la sensación de, «Maldición, ¿por qué tuvo que pasar?» Pero eso hizo que el resto nos uniéramos más.
Nick (Oliveri) y yo teníamos problemas que eran no musicales. Canta en el nuevo álbum pero allá por el 2004 o así, sentí que en lugar de que se me comprendiera por tomar una difícil decisión sobre alguien que estaba fuera de control, la gente se puso, «A la mierda Josh Homme, lo que quiere es cantar más». ¿Qué? Tienes que estar chalado. ¿Quería cantar más? Tras «Songs for the Deaf», la banda empezó a centrarse más en personalidades que en la música y eso no sentaba bien. Sinceramente, la gente del mundo musical ya se había formado una idea sobre mi para cuando «Lullabies to Paralyze» salió (2005). Dividimos a todos en nuestro mundo y me dije, «Oh, mierda». Pero ahora me doy cuenta de que todo ese rollo externo es inútil. Estoy interesado en el amplio arco de una vida en la música, en una vida siendo honesto.
Las letras de «…Like Clockwork» son también bastante diferentes a canciones como «Feel Good Hit Of The Summer».
Tengo la sensación de que «Go With The Flow» o «Long Slow Goodbye» son canciones muy directas. Pero con esos discos («Songs for the Deaf» y «Lullabies To Paralyze»), podía ver la meta antes de empezar. Este empezó sin meta a la vista… Esta vez ha sido diferente para la banda. Chris Lombardi (de Matador Records, sello que ha publicado el álbum) me dijo que esta es la parte dos de Queens Of The Stone Age y estoy de acuerdo. La segunda parte resultó empezar conmigo despertando en un hospital. No me quejo pero desearía que hubiera empezado de otra manera. Siempre he visto la música como algo separado de la realidad pero no puedo dejar de lado la realidad de donde empezó este álbum. No he tenido otra posibilidad que lidiar con ello.
Le exponen que tanto los tiempos de «Feel Good Hit Of The Summer» o antes y los de Kyuss, son recordados como de excesos. Por ejemplo, para el lanzamiento de «Songs of the Deaf» su compañía celebró una fiesta para la que la banda solicitó enanos y mimos.
Con la fiesta, hice eso porque los enanos y los mimos cagan a la gente. Era una fiesta para nosotros y nos dijeron, «¿Qué queréis?» Y les dije, «Oh, eso es fácil: enanos y mimos». Fue la fiesta más incómoda de todos los tiempos pero me pareció jodidamente asombroso. Incomodar a la gente es uno de mis hobbies. Siempre espero que la mitad de la gente pille el chiste y la otra mitad sea el chiste. Pero en algún momento, especialmente tras la explosión de «Deaf» – y la implosión con Nick – quedó claro que tenía que centrarse más en la música. Ese sentido del humor enfermizo sigue estando pero no soy tanto de propagarlo por todos sitios. Debe usarse en dosis apropiadas porque sería una pena si se confundiera con el tema real, que es tratar de cantar sobre la vida. Solía considerar Queens of the Stone Age de un modo irreal, puramente un escape. Ya no pienso así.