Stephen Richards, frontman de Taproot, ha departido con Loudwire sobre la gira que la banda anda haciendo por EEUU celebrando el decimotercer aniversario de su disco debut (para una multinacional), «Gift».
Para mi, «Gift», lo significa todo porque desde que tenía tres empecé a jugar a hockey y luego a los cuatro a tocar la batería. Una vez tuve esas dos cosas en mi vida, lo tenía todo, era como, «Tienes que sacar buenas notas» y yo, «No. Tengo el hockey y la música». Ya no quería desarrollar más talentos tras eso y trataba de ser bueno en esas dos cosas y no tener que aprender nada porque ese no es mi fuerte.
He seguido haciendo eso en lo que soy bueno, cuando finalmente firmamos fue casi como, «Oh, mierda, mis dos primeras cosas a tachar de mi lista de cosas por hacer». Mi lista de cosas por hacer eran la música y el hockey, tachado, tachado. El primer disco, mola volver y tocarlo. A muchos de nuestros fans les gusta el material viejo, el heavy y sin duda es un paseo por los recuerdos. Es dificilillo tocar el material más heavy ahora, pero lo disfruto porque así solíamos componer y mucho de ese disco es mi influencia.
El vocalista pasó de batería a vocalista:
Empecé a tocar la batería a los 4 años, empecé a tocar la guitarra a los 12 ó 13 – nunca me interesó cantar, y ni siquiera ahora. Es mucho más fácil encontrar un batería mediocre que encontrar un cantante mediocre especialmente de donde venimos. Simplemente quedé atrapado haciéndolo, preferiría estar tras la batería -sigo tocando algo en los discos.
De hecho, cuando empezamos Taproot, yo era el batería y teníamos un bajista y un cantante diferente. El cantante nos llevó a Los Angeles para probar suerte pero la cosa no le fue bien. Como que no conocía a nadie allí en casa, fue como, «Vale, me levantaré aquí y haré algo al estilo Bone, Thugs N-Harmony.
Es gracioso pero no hay duda de que no soy el cantante con más confianza. ¿Sabes cuanto odias escucharte la voz en el buzón de voz? Me quedo siempre en plan, «Dios, suena horroroso, deberías despedirme». Puedo tocar cualquiera de los instrumentos sin problema pero mi voz es molesta.
Recuerda aquellos años:
Sabíamos que íbamos a firmar a finales del 99 por Atlantic, pero físicamente tenía más sentido esperar al 2000. Sinceramente, compusimos dos canciones para ese disco porque las otras eran demos que habíamos ido tocando a nivel local desde hacía años. Para nosotros era simplemente meternos en el estudio y tener la confianza y creencia de que simplemente porque alguien fuese un productor de Los Angeles tuviera idea alguna de lo que íbamos.
Creo que al final, estábamos más felices con nuestras demos de estudio pequeño que con casi la mayoría del disco. Hubo mucha política con todo pero Ulrich Wild, con quien trabajamos, estuvo genial. Fue una de esas cosas que fue a ratos surrealista y a ratos no.
De lo que ha cambiado desde aquel disco a su último, «The Episodes»:
He engordado, adelgazado, luego engordado y adelgazado numerosas veces (risas). Sinceramente, simplemente hago lo que hago de forma natural – no es algo en lo que me centre. Lo único en lo que me centré fue al escribir «Poem» y fue de forma intencionada, simplemente para ver – literalmente cogí la cosa más estúpida para probar que todo lo que tienes que hacer es escribir algo con gancho que no signifique nada.
Los versos tienen, literalmente, nada – simplemente soy yo quejándome de tener ansiedad. Todo lo que necesitas es una frase etiquetable a la que la gente pueda engancharse, meter un grito aquí y allá, y ya está. En cuando a madurar, sigo siendo un puto idiota inmaduro (risas) Ya casi tengo 36 y actúo como si tuviera 16, eso nunca se va. Es genial si puedes hacerte más grande y mejor de forma natural pero si no eres tu, no eres tu.
En otro orden de cosas, habla de su salud, que como recordaréis, estaba algo delicada por algunas convulsiones que sufría sin explicación.
No tengo respuesta pero hay muchas buenas hipótesis. Han pasado tres meses desde mi último ataque, llegué a estar cinco meses sin uno. Primero los médicos trataron de irritarme y todas las cosas feas que andaba viendo en la TV me llevaban a un sitio oscuro en el que no quería estar. Van mezclando las malas con algunas buenas. He tenido una buena cantidad de traumatismos en mi vida, creciendo y jugando a hockey o saltando de balcones en conciertos, abriéndome el labio con un monitor. Creo que es por el estrés.
La verdad es que lo llevo bien, es esa bestia que te va mirando por encima del hombro y dices, «Pasa colega, no le estoy prestando atención». Se supone que no debería actuar hasta que esté seis meses sin uno. Se supone que no debo hacer nada estresante pero tenemos que pagar facturas y dar de comer a mis hijos.
En cuanto a nuevo material de la banda, hay planes pero el aspecto económico es fundamental para llevarlos a la realidad:
Si, pensamos en ello. Tenemos que seguir haciendo conciertos para que siga entrando dinero. No podemos estar cinco meses sin hacer nada para hacer un disco y sobrevivir de la nada pero un disco nuevo es una meta. Solo tenemos que ver cuando, como y donde.