El que fuese frontman de Misfits, Glenn Danzig, ha vuelto a mear fuera de tiesto: en un concierto el pasado miércoles en Ybor City no le gustó que uno de los asistentes estuviera grabando en vídeo con su teléfono su actuación. Al ver Danzig que le grababa, le pidió a sus fans que le pegaran. Afortunadamente la seguridad del local pudo llegar antes de que algún descerebrado hiciera caso al trasnochado vocalista.
Hay que indicar, en defensa de Danzig, que según leemos en los comentarios de Youtube en el local habían multitud de carteles que prohibían la grabación. Aunque por su parte, el señalado por el vocalista afirma que no había ninguna señal y tampoco aparecía indicado en la entrada.