Muchas reacciones ha provocado la muerte de Nelson Mandela el pasado día 5 de diciembre en todos los ámbitos culturales. En el mundo de la música no han faltado los pesebreros que han querido rendirle homenaje con tuits genéricos y mensajes tipo. Sin embargo, el mensaje que colgó Shaun Morgan, frontman de Seether, tiene mucho más sentido teniendo en cuenta su origen.
Puedo recordar el momento en que vi a Mandela salir de la cárcel tras 27 años encarcelado. Estaba en casa de mi tío, rodeado de familia y estaba cautivado por un momento monumental en la historia que en su momento no podía ni entender. Tuve el privilegio de ver la historia y la transformación del país en el que crecí. Estaba viendo como cambiaba mi mundo y no tenía ni idea de lo que me deparaba el futuro. Era 1990 y tenía 12 años – ¡todo lo que sabía es que iba a ser jodidamente épico!
De golpe, ¡todas las señales de «Sólo blancos» en las playas que había visto desde niño empezaron a desaparecer! Esas odiosas señales de «Swartes Alleen» empezaron a ser quitadas. Las mejores casas de las playas o del país en general no iba a los blancos de Sudáfrica. ¡Soplaban vientos de cambio!
Cuando volví al colegio fue muy diferente. Empecé 7º (o Standard en Sudáfrica) y de golpe quedé expuesto a, grito, chicos negros. Era tal novedad y tan diferente e interesante. Nunca antes había visto a niños negros en uniforme, imagínate verlos en reputadas escuelas. Crecí con amigos negros de mi edad en la granja de Thornville, Kwazulu-Natal, pero veníamos de antecedentes tan diferentes. ¡Esta era una nueva bestia y me encantaba! Ahí estaba mi estirado colegio gubernamental inglés en Pietermaritzburg aceptando chicos de todas las razas. Negros, indios, chinos… ¡A todo el mundo! Raro de cojones…
Solo un año detrás de mi había un chaval que me encantaba. Era negro y estaba cabreado y le importaban una mierda las reglas. Desafiaba todo y rechazaba quedarse dentro de las líneas. Me encantaba. Se llamaba Anton Luthuli. Creo que era el nieto de Albert Luthuli. Echadle un ojo a esa mierda. Todo lo que sé es que me encantaba era su aspecto anarquista. Era la hostia. Estoy seguro de que lo sigue siendo.
Sea como fuere, esa era una pequeña historia. Siento divagar. Esto es lo que quería decir…
Nelson Mandela cambió mi vida y cambió el país que llamo casa. Era un hombre maravilloso que logró más de lo que yo pueda esperar nunca. Nosotros, como sudafricanos, nunca podremos empezar a explicar lo mucho que quisimos a este hombre. Era nuestro padre. Nuestro abuelo. Nuestro jodido «Madiba». Él era la razón por la que cualquiera de nosotros teníamos esperanza en creer que podíamos romper barreras y convertirnos en más de lo que la vida nos había restringido, basado en la situación socio-política. Nos hizo creer a todos que podíamos ser cualquier cosa que creyéramos en nuestros corazones. Era el símbolo de fortaleza y unidad y fue el mejor sudafricano que haya vivido nunca, joder. Espero poder llegar a ser una décima parte de lo que fue. Dios, me conformaría con ser una centésima parte.
Descansa en paz, Madiba. Gracias por la manera en que cambiaste mi vida. Gracias por las lecciones que aprendí de ti. Gracias. Gracias. Hay un hueco en este mundo que nunca será rellenado.
Con suerte flipará tanto como yo con todos los ‘posers’ agilipollados que escribieron sus tweets obligatorios lamentando su muerte. No hay nada que me ofenda más en este mundo que putas condolencias falsas. Solo sé decir esto en Zulu para mostrarle respeto a Xhosa… Hamba kahle, Madiba. Ngiyabonga. Lala kahle. –Shaun