Maynard James Keenan ha conversado con The AV Club sobre películas que le han marcado en su carrera. No, del nuevo disco de Tool ni pío…
Os dejamos con las películas que el vocalista destaca:
Bliss (1985)
Fue una de esas películas donde estás en la universidad, vives en un sitio que está un poco o muy por debajo del nivel de pobreza con tu compañero de piso, estás borracho muy a menudo y te dejas caer en el 7-11 o así ara pillar algo porque resulta que tienen vídeos tras el mostrador. Así que alquilamos una porque la caratula tenía una pinta ridícula. Así que, totalmente al azar, estando ebrios, alquilamos una cinta, nos la llevamos a casa y la metimos en el reproductor y es una de esas películas. Es una película australiana y tras el primer minuto, quedé enganchado. En plan, «¿Qué cojones acabamos de alquilar?» Y no para de dar esos giros cómicos, raros, oscuros en los que reíamos y estábamos aterrorizados al mismo tiempo. Pero mientras se desarrolla, acaba siendo una historia de amor que engancha a dos tíos en una habitación que tratan de no mostrar que están como llorando. Es una bola con efecto, en plan, «Tío, ¡me ha entrado algo en el ojo!» Toda la película es un alocado viaje. Va pasando de un género a otro. Fue una de esas que me quedó marcadas.
Blue Velvet (1986)
Fue un punto de inflexión para mi. Sacó alguno de los lados más oscuros de mis amigos. Andaban más metidos en «Porky’s» y «Fast Times At Ridgemont High» y entonces, de golpe, descubrieron «Blue Velvet» y activó un interruptor. Empezaron a meterse en la película de un modo que les abrió una puerta. Fue como una droga de entrada para la película. Empezaron a entender una dinámica más compleja en las películas y como puedes aceptar una historia oscura y reírte y pasarlo mal.
Seguramente hubieron películas por aquellos tiempos a las que no habíamos estado expuestos pero «Blue Velvet» fue la película que nos marcó. Me gradué en 1982. Había visto películas alocadas en ese momento así que ya estaba salvado en términos de mi percepción comunitaria de mi camino. No iba a ser el consejero académico universitario; yo me iba por otra tangente. Pero «Blue Velvet» es cuando vi un cambio en los amigos de mi generación, un cambio en su percepción del arte o entretenimiento o poesía o como quieras llamarlo. Fue un momento de abrir los ojos.
Gummo (1997) / Napoleon Dynamite (2004)
Una es en Ohio y la otra en Idaho pero para mi, habiendo crecido en Ohio, hay un lado del camino en el que ocurre «Gummo», y otro lado del camino en el que ocurre «Napoleon Dynamite». Son paralelos. Hay personajes paralelos en cada una de esas situaciones. El lado oscuro del camino pasa en un sentido y el otro lado del camino es el que Napoleon trata de machacar a su tío.
Eran como las dos caras de una moneda. Era como ver el lado «Blue Velvet» de las cosas. «Gummo» se enclavaba firmemente en esa oscura percepción de una situación muy similar. Para mi era muy similar; casi las vi como la misma película pero a través de diferentes ojos y en diferentes lados del camino. Sentarte y verlas a la vez sería difícil porque, para mi, «Gummo» es para verla una o dos veces. No puedes hacerte ver esa oscuridad demasiadas veces porque te pilla y no te deja ir. No sé cuando alguien puede estar de humor para ver «Gummo». Cuando te han echado o tu casa se ha quemado, supongo. O cuando vuelves a Ohio para visitar a tu familia y te tienes que recordar que no es tan mala.
Happiness (1998)
«Happiness» para mi, fue casi como «Unforgiven» de Clint Eastwood, en cuanto a que todo el mundo era horroroso y maravilloso al mismo tiempo. Todos tenían interesantes caras pero todos eran monstruos. Estaban todos realmente jodidos. Nunca antes había visto una película así excepto, como dije, «Unforgiven«, donde todo el mundo era un personaje equilibrado pero un poco más oscuro que equilibrado. Y era como real. Crecer en Ohio era como una mezcla de «Gummo», «Happiness» y «The Apostle«.
Yo nací en Akron. Así que «The Apostle», «Happiness» y «Gummo» son una buena parte de mi. Así era Ohio cuando crecía; todo el mundo tenía su cara y todo el mundo su maquillaje y las posturas pero detrás de todo eso, veías todas esas mierdas. Era mucha hipocresía. Por eso me gustaba «Happiness», porque ves a toda esa gente ponerse esa cara y todos tienen grietas en sus bases. Esa es una película realista para mi. Todo el mundo puede reconocer las grietas en sus fundamentos y empezar a arreglarlas si quieren.
Videodrome (1983), Female Trouble (1974), Repo Man (1984)
«Videodrome» era otra de esas películas inesperadas que un amigo me pasó. De hecho venía junto con «Female Trouble» y «Repo Man», todas en una sola cinta. En los tiempos en que podías poner tres películas en una cinta VHS y se veían algo granuladas pero las veías igual.
Esas películas eran un ataque sorpresa que no veías venir. Era James Woods clavándolo y, por supuesto, Divine.
Supongo que cuando creces en Michigan y Ohio, vas al cine y hay todas esas películas a las que estás expuesto con las que todo el mundo está de acuerdo, ya sea «Star Wars» o lo que estuviese en los cines por entonces, había este consenso. Entonces entrabas en la universidad y empezabas a descubrir todas esas películas independientes o desconocidas como «Scanners» y «Videodrome» y «Female Trouble» y las cosas de David Lynch y te quedas como, «Hotia puta, ¡hay todo un mundo de películas ahí afuera que no tiene nada que ver con mi tía! ¡Ni mi iglesia!». Me apostaría cada dolar que he ganado o que vaya a ganar a que nadie de mi familia vaya a ver nunca ninguna de esas películas. Así que esa es una clase de extraño despertar cuando ves esas cosas y de golpe y porrazo sientes que no estás solo pero de alguna manera liberado – o un poco de ambas cosas.
Super Troopers (2001)
Fue casi como un rayo para esos tíos (Broken Lizard). Tengo mucha fe que verán como apañárselas y harán algo genial. En cuanto a la secuela, me reservo el juicio sobre eso. A menos que vuelvan a encontrar esos personajes de nuevo, no sé como van a hacer una secuela. Pero sin duda que le echaré un vistazo. Pero lo que fuese que pasara con «Super Troopers», es como una comedia de instituto perfectamente escrita. Es ese humor de segundo año de universidad que encajaba y todos en ese filme encontraron su personaje. Creo que clavaron esa película y es uno de esos placeres culpables para mi. Si estoy de gira, siempre me pongo eso en el iPad o el portátil o el DVD en el bus.
The Chronicles Of Riddick (2004)
Mi mujer odia esta película. Nos ponemos a ver la tele por satélite y voy pasando canales para ver que hacen. Si ella ve que sale «Crónicas de Riddick», trata de distraerme. Y se acaba yendo. La mitad de veces simplemente la veo para picarla. La odia por razones obvias. Es ciencia-ficción pero tienes a ese tío de chiste que es espantoso. Es tan grande. Algunos de los tipos que aparecen en esa película, no me acuerdo de los nombres pero hay algunos actores de renombre. Mientras ves la película piensas, «¿¡¿Por qué sales en esta película?!» Supongo que es porque eres actor y es lo que haces. Te haces con una parte y luego aceptas que Vin Diesel jode una película. ¿Como aguantas eso, como superas eso?
Finalmente, Keenan muestra su admiración por Denzel Washington.
Supongo que soy un producto del estilo de vida americano. A los alemanes les encanta David Hasselhoff y a mi me encanta Denzel Washington. Es ese placer culpable. Es casi como cuando eres un niño y tienes tu manta favorita. Él es mi manta de consuelo.
Estábamos de gira y me llevé al equipo, a la banda y a todo el mundo al cine en un día libre. No había nadie más en el cine que dos personas y vimos… Ni me acuerdo qué película era pero salía Ryan Reynolds y Denzel. La mitad de la gente del grupo (con el que fui) se decía, «¿Por qué coño estamos aquí?» Y cuando dispararon a Denzel, me quedé en plan, «¡No!». Y se empezaron a reír de mi. ¡Safe House (era la película)! En esa va disparando hacia un lado mientras anda y no mira; así de increíble es Denzel Washington. No necesita ni siquiera mirar a su objetivo, simplemente dispara así. La bala acaba ahí.
«Training Day» es una de mis favoritas de él. Créeme, no es una de mis películas favoritas ni de lejos pero es la más memorable para mi. Podríamos hablar durante horas de la película y solo de una parte que resuena en mi. Por ejemplo, en «The Last Boy Scout«, película estúpida, pero Kim Coates, su parte con Bruce Willis fue tan jodidamente memorable que lo petó y se llevó eso lo más lejos que nadie pudiera llevárselo y lo recordaré siempre. Me gustan las películas que tienen esos momentos en que los artistas toman algo, lo hacen suyo, y lo llevan más allá de lo posible. Sobre el papel, no le podrías haber explicado a Kim Coates qué hacer en esa escena pero la pilló y la hizo suya.