No cabe duda de que Japón se ha convertido en una de las canteras más fértiles de ‘post rock’ y ‘math rock’ de los últimos años: Té, Toe, Nuito, Zazen Boys, Mouse On The Keys o LITE, serían alguno de los ejemplos más representativos. La distancia, sin embargo, hace que no sea fácil poder disfrutar de ninguna de esas bandas en directo por lo que al conocer que los últimos pisaban el viejo continente no podíamos perder la oportunidad de ver qué tal se desenvuelven fuera de su país de origen. Y no alargaremos la cháchara para asegurar que el cuarteto confomado por Nobuyuki Takeda (guitarra), Kozo Kusumoto (guitarra), Jun Izawa (bajo) y Akinori Yamamoto (batería), lo borda sobre las tablas.
Sin embargo antes de que la banda de Tokyo apareciera en escena ante el reducido público presente, pudimos sorprendernos con unos teloneros como se solía hacer hace muchos años. Y es que, antes de que gracias a internet pudiéramos escuchar cualquier grupo que quisiéramos, una de las mejores maneras de conocer a nuevas bandas era por medio de conciertos en los que los teloneros mostraban su música por primera vez a un público que había venido a ver al cabeza de cartel.
Así, debemos confesar que nos presentamos en la 2 de Apolo sin conocer ni siquiera la identidad de The Physics House Band, pero solo empezar a tocar, el trío de Brighton (Reino Unido) mostró un talento desbordante al bajo, la guitarra y la batería, ayudándose con teclados. Como si de una banda de jazz se tratara, el sonido que logran Adam Hutchison (bajo), Sam Organ (guitarra) y Dave Morgan (batería), es un torrente sinuoso en el que no hay un momento de respiro mezclando rock de todo pelaje sobre la citada base jazz. Hutchinson doma las cuerdas de su bajo con clase mientras que Morgan hace todo un master con las baquetas. Por su lado, Organ, en ocasiones, extrae de su guitarra un sonido que recuerda a Omar Rodriguez Lopez.
Sin duda, una excelente presentación la de los británicos de cuya calidad podremos volver a disfrutar en el Aloud Music Festival del próximo mes de abril.
Llegaba el turno de LITE que mostraron una increíble compenetración y una destreza envidiable con sus instrumentos mostrando que su ‘math rock’ no pierde un ápice de efectividad sobre el escenario. La forma en que Yamamoto mueve sus baquetas con un espíritu absolutamente jazzero, con cambios de ritmo continuos, deja con la boca abierta a todo aquel que le observa. Pero el resto de la banda no se queda a la zaga: Jun Izawa, con camiseta de sus compatriotas Toe, vibra y vive la actuación con absoluta implicación mientras toca con soltura las cuerdas de su bajo y, por su lado, Noboyuki Takeda y Kozo Kusumoto fundamentan los riffs sincopados que caracterizan al sonido del grupo. Kasumoto, además, añade las gotas electrónicas tocando los teclados en algunos de los temas.
Y es que el ‘math rock’ de los japoneses ha ido ganando en recursos disco a disco, como muestra la incorporación de sintetizadores en sus últimos trabajos, cosa que en sus directos, como indicábamos, no dejan de lado. Sin embargo, es con sus cuatro instrumentos básicos con los que logran transmitir ese sonido fresco y tan deliciosamente alterado que hace que no solo movamos la cabeza sino que los pies tampoco queden quietos.
Lo cierto es que en un abrir y cerrar de ojos (casi literal porque tampoco se excedieron en minutaje pese al bis de un tema que efectuaron) el concierto del cuarteto nos dejó un excelente sabor de boca demostrando que lo suyo es un directo de muchos quilates, logrando trasladar con solvencia el contenido caos de sus álbumes.
Texto: Rob Merino
Agradecimientos: Andrea (Madness Live)