Dave Lombardo, quien fuese batería de Slayer, ha asegurado a Planet Mosh que su salida de la banda podía haber sido «cosa sencilla» pero sin embargo hoy día su relación con sus ex-compañeros es «inexisente«.
No pedía nada más que ser tratado equitativamente. Estoy seguro de que he cometido errores a lo largo del camino pero mi intención no fue nunca irme. ¿Quien haría eso en la edad dorada de la banda? Donde estamos ahora me asquea. Jeff (Hanneman) no quería esto – y tampoco yo.
Respecto a unas recientes declaraciones Tom Araya calificándole como «un trabajador de la banda» más que no un compañero, asegura:
Es enfermizo. Me fui de la banda en el 92 para estar en casa por el nacimiento de mi hijo, punto. Un concierto cambió el curso de esta banda. Tom ha olvidado la historia… Se traga las historias que han sido creadas a lo largo de los años para vender entradas. Si no fuese por mi, Slayer no existirían. Yo contacté con Kerry para empezar esta banda, eso lo han olvidado.
De la muerte de Jeff Hanneman, asegura que si bien hacía unos meses que no le veía, seguían llamándose e intercambiándose mensajes.
No podía pedir nada más de mi relación con Jeff. Era maravilloso.
La muerte de Hanneman no unió al grupo.
Me chocó que Tom no estuviera en el funeral. Fue incómodo para mi estar ahí, dado lo que estaba ocurriendo con la banda pero aún así aparecí. También me chocaron las egocéntricas historias de Kerry. Ninguna de las historias describían la la clase de ser humano que era Jeff.
El batería dedica ahora sus esfuerzos a Philm, banda de la que ya tiene listo el segundo álbum que espera publicar a lo largo del año.