Rolling Stone ha charlado con Krist Novoselic y Dave Grohl sobre la ceremonia en la que Nirvana pasaron a formar parte del Salón de la Fama del Rock.
El bajista cuenta:
Me enteré que estábamos entre los candidatos casi al mismo tiempo que fuimos nominados para los Grammys (por el tema compuesto junto a Paul McCartney para la banda sonora del documental sobre los estudios Sound City). Me quedé como, «¡Guau!» Pero fue agridulce porque la ceremonia estaba prevista para una semana después del vigésimo aniversario de la muerte de Kurt. Me puse nervioso por ello pero luego pensé, «Bueno, ¿por qué no hacer de esto un gran tributo (a Kurt)?»
El siguiente paso fue coger valor para volver a subirse a las tablas como banda.
No empezamos a hablar de tocar hasta hace unas ocho semanas. Parecía prácticamente imposible. Era difícil de imaginar saltar al escenario y tocar esas canciones. Hace falta algo de preparación musical y mucha preparación emocional.
Cuando se convencieron llegó el momento de decidir quien cantaría con ellos, y explica Grohl que «eso era cosa de encontrar a gente que respetáramos y que compartieran la estética de Nirvana, ya fuese musical o de otro tipo.»
Pensaron en un listado de vocalistas masculinos de primera categoría pero ninguno de ellos se atrevió. «Algunos se pusieron nerviosos. Creo que algunos de ellos se mostraban ansiosos por lo gordo que es todo ello,» reconoce el batería.
Quien no se amilanó fue Joan Jett.
Se lo tomó como si fuese su vocación. Se emocionó mucho y me mandó una ráfaga de e-mails. Se aprendió todas las canciones de «Nevermind». Ella representa todo lo que defendió Nirvana. Es esa fuerza de la naturaleza musical poderosa y rebelde. No se nos ocurría nadie mejor para que se nos uniera.
Su siguiente candidata fue PJ Harvey.
A Kurt le encantaba PJ Harvey. Siempre nos la imaginábamos tocando «Milk It» de «In Utero» con ella. Es una canción retorcida, casi algo que podría haber estado en su disco «Rid Of Me», que también produjo Steve Albini. Parecía encajar tan bien. Desgraciadamente, no pudo.
Sin embargo, la negativa le dio al batería una idea.
Pensamos, «Espera, tienen que ser todo mujeres». «No se lo preguntemos a nadie más. Si podemos llenar esas actuaciones del Salón de la Fama del Rock And Roll con estas increíbles mujeres cantando canciones de Nirvana, habremos logrado nuestra revolución». Además le añadió otra dimensión al espectáculo. Le añadió sustancia y profundidad para que no se convirtiera en un panegírico. Era más sobre el futuro.
A partir de ahí, la cosa fue rodada, recuerda Novoselic.
Dave empezó a soltar nombres. Dijo, «¡Deberíamos coger a Kim Gordon! Y luego alguna promesa… ¡Annie Clark de St. Vincent!» No sabía quien era pero ahora soy su mayor fan. Luego se lo pedimos a Lorde.
A partir de ahí fue momento de empezar a ensayar, cosa que hicieron en los locales de ensayo de Gibson Guitar en Nueva York con la incorporación de Pat Smear. Recuerda Novoselic:
Nos dijimos «Hola» y empezamos con «Lithium». Como una semana antes cogí un libro de acordes de Nirvana para acordarme de mis partes pero tampoco es que al empezar estuviéramos al nivel. Pero luego empezó a fluir y fue mejorando cada vez más. Y me quedé en plan, «Oh dios mío. Estoy tocando de nuevo estas canciones».
Grohl también se emocionó.
La primera vez que tocamos juntos fue como ver un fantasma. La segunda vez fue un poco más reservado. Y la última vez que tocamos fue como esa puta escena del torno de cerámica de Demi Moore/Patrick Swayze de «Ghost». Normalmente sacábamos la canción a la tercera toma. Empezaba a sonar a Nirvana. Nuestro equipo y algunos amigos estaban en el local cuando empezamos con «Scentless Apprentice». Quedaron boquiabiertos.
Hacía 20 años que no tocaba en esa banda. Escuchar como sonaba «Scentless Apprentice», para mi le dio legitimidad. Casi había olvidado lo que era estar en una habitación llena de Nirvana. Ese primer día le dio legitimidad. Fue como, «Oh, ¡exacto! Sonábamos así y por eso la gente prestaba atención. Oh, ¡vale! No era simplemente el libro y la película y el «Behind The Music». Era el sonido en una habitación, así, que hace que la gente diga, «¿Qué cojones?» Fue jodidamente grande. Empezamos con Krist, Pat y yo apañando lo nuestro y luego vino Kim y luego Joan.
Lo cierto es que los años no pasan en balde y volver a tocar los temas hicieron mella en Grohl.
No había tocado esas partes de batería desde que tenía 25. Ahora tengo 45. Tocamos durante 10 putas horas cada día. Tras la primera noche de ensayos, llegué arrastrando a casa, me tomé dos copas de vino, tres Ibuprofeno, me tomé una ducha caliente y dormí 10 putas horas. Eso para mi es un coma porque no duermo nunca.
Y la emoción embargó a Grohl y Novoselic que cuenta:
Dave se emocionó tanto por la música que casi tuvimos que calmarle. Nos decía, «¡Deberíamos hacer un concierto!» Y le dije, «¡Sin duda! ¡Hagámoslo después del show!» Quería traerse a J Mascis de Dinosaur Jr. y John McCauley de Deer Tick. Es un gran fan que tiene una banda de tributo a Nirvaba llamada Deervana.
Uno de los puntos álgidos de la noche fue la paz que firmaron Grohl y Novoselic con la viuda de Cobain, Courtney Love. El frontman de Foo Fighters cuenta:
A principios de la noche le toqué el hombro. Se giró y le dije, «Hey». Y me dijo, «Hey». Entonces nos dimos un gran abrazo. Le dije, «¿Como estás?» Y me dijo, «Bien, ¿como estás?» Y le dije, «Todo bien». Y me dijo, «Hagamos esto. Rockeemos esto hoy». Y le dije, «Si». Y eso fue todo.
En el momento de los discursos, Courtney se refirió a todos los que estaban en el escenario como una familia y se abrazó de nuevo con Grohl.
Tiene razón. Somos una familia, sin que importe el qué. Y todos nos queremos, sin que importe nada. Es mucho más grande que un párrafo o una foto. Es real. Así que fue una reunión y estábamos ahí por Kurt. Fue una noche preciosa. Estuvo bien.
Se suponía que la ceremonia tenía que acabar con una jam del «Highway to Hell» de AC/DC con todos los nuevos miembros del Salón pero como que la E Street Band se pasó de tiempo con los discursos no hubo tiempo.
Bromea Grohl que «esperaban que Nirvana nos aprendiéramos esa canción. Ya es suficientemente difícil para Nirvana aprenderse una puta canción de Nirvana.»
Para Novoselic también fue un alivio.
Me encantan AC/DC y Bruce Springsteen. Crecí escuchándoles pero no dejábamos de decir, «Tenemos el gran final. ¡Tenemos nuestro gran final!
Y del concierto posterior a la ceremonia, sabemos que fue grabado pero de momento no sueltan prenda de en qué forma veremos el resultado. El bajista explica:
Ni siquiera vi las cámaras. Creo que estaban pegadas al techo. No sé qué hará Dave con ello pero él es el tío de las películas. Algo se le ocurrirá y hará algo bueno.
Y la gran duda que surge tras las buenas sensaciones generales: ¿será esto algo único o volveremos a verles en un escenario en un futuro? Novoselic responde:
Es una buena pregunta. Es decir, están ahí Foo Fighters y Dave tiene otros proyectos por ahí. Y yo tengo algunos compromisos. Pero ahora uno no dice nunca jamás. Lo hicimos. Yo no diré que no. Quizá incluso algún día podamos hacer nueva música.
Por su lado, Grohl reflexiona:
Ni siquiera hemos hablado de ello. Encaramos la noche como algo que quizá nunca más volvería a pasar. Eso es lo que lo hizo tan poderoso y bonito y con tanto significado. Y quizá no vuelva a pasar por eso hicimos lo máximo posible. Y, joder, fue genial.