Un estudio que publica CityLab expone que el heavy metal, contrariamente a lo que pueda parecer o a sus propios inicios, mantiene una excelente popularidad en países con un alto nivel de vida.
El género, nacido en las zonas industriales de ciudades obreras como Birmingham (Black Sabbath), tiene hoy en día su mayor seguimiento y fecundidad en algunos de los considerados países más ricos y con población más feliz del mundo.
El estudio asegura que el número de bandas de heavy metal existentes en un país guarda estrecha relación con el Producto Interior Bruto, el nivel de creatividad nacional y el espíritu emprendedor, el porcentaje de adultos con titulaciones universitarias así como los niveles de desarrollo y satisfacción con la vida, de modo que, países con mayores cotas de estos apartados, tienen más bandas de heavy metal y, por ende, mayor afición.
De este modo, los países escandinavos son los que copan las primeras plazas de países con más bandas de metal por habitante, tal como podemos observar en este gráfico de 2012 del mismo autor del estudio.
El estudio concluye que, si bien las nuevas formas de música surgen de grupos marginados e insatisfechos, son las sociedades más avanzadas y pudientes las que tienen los medios y las empresas que pueden ayudar a propagar nuevos sonidos y géneros, además de un gran número de consumidores jóvenes con tiempo para comprarlos.