Hace unos días, Dave Grohl inició una gira de entrevistas con críticos de TV para hablar de la serie documental sobre distintos estudios de grabación de EEUU que bajo el título de «Foo Fighters: Sonic Highways» emitirá en otoño la HBO.
Su pasión por la música no conoce de horarios ni lugares: la noche antes de la charla que tuvo con la gente de Billboard, el frontman de Foo Fighters reconoció que se pasó por un bar cerca de su casa en Encino, California, para tocar con una banda de covers «porqué no quería irme a dormir a las 10.»
El proyecto de serie servirá también como testimonio de la grabación del nuevo disco del grupo, que ha grabado los ocho temas que contendrá en un estudio diferente aprovechando el viaje para charlar con músicos como Buddy Guy, Dolly Parton, Chuck D, Gibby Haynes, Allen Toussaint y Gary Clark Jr.
Esos estudios de grabación son terreno sagrado; para mi son iglesias y monumentos.
Los episodios se grabaron en Austin, Texas, Chicago, Los Angeles, Nashville, Tennessee, New Orleans, New York, Seattle y Washington, eligiendo Grohl los estudios en función de su relación con la banda. Y para escribir la letra de cada canción, se esperaba al último día para inspirarse en las experiencias y entrevistas que había hecho en cada ciudad.
Podríamos haber hecho otro disco en el estudio, salir a la carretera y vender un puñado de camisetas. Se trata de reinventar el proceso.