Billy Corgan, líder de The Smashing Pumpkins, ha concedido una larga entrevista a Stereogum en la que ha vuelto a atacar a «esas bandas de los 90 que viven de tocar sus temas clásicos para pagarse la hipoteca.»
He sido muy insistente en no querer ser un grupo de viejos éxitos. No querer ser un artista que sube ahí y toca sus viejos álbumes para generar, llamémosle, «un nivel de atención». Sigo creyendo que soy más que capaz de componer grandes canciones. Sigo creyendo que soy más que capaz de generar grandes momentos. Miro a mi alrededor, especialmente a mis contemporáneos, y no me da miedo mirarme en el espejo, digámoslo así. Ahora mismo no veo donde está la gran competencia. Vale, podrías argumentar que hay mucha competencia de los chavales jóvenes. Y debería haberla. Deberían querer matar a gente como yo porque represento eso que deberían querer quitar de en medio. Pero no estoy ni temblando de lo que viene de mis contemporáneos. De hecho, y hablando en general, estoy más avergonzado que orgulloso de lo que mi generación ha hecho con esta época de cultura material de salir y abro comillas, «darle al público lo que quiere».
Eso es completamente contrario a la lógica de como se vendió la generación. Uso la palabra ‘vender’ a propósito. Esa generación fue vendida como contracultura. Que ahora esa generación diga, «Buenoooo, tenemos que pagarnos la hipoteca», es como, bueno, ¿sabes? Cada semana de mi vida, tengo una de esas llamadas: «Sabes, si salieras de gira con el ‘Siamese Dream’, harías muchísimo dinero». Como decimos en Chicago, ‘no jodas Sherlock’. Lo que quiero decir es que por eso estamos donde estamos. Si vamos a ser los Pumpkins, vamos a ser los Pumpkins, lo que sea que signifique eso en 2014. Vamos a ser una unidad que rockea, que es creativa, guay, divertida, que valga la pena ver y por la que valga la pena pagar o vamos a ser los tíos que aparecen cada tres o cuatro años en los festivales y tocan esas canciones. Por cierto, probablemente ni siquiera sonría.