Me cuesta entender esta dirección que ha tomado Johns, en la que no soy capaz de ver ni rastro de creatividad ni de aquella «magia» que incluso había en el Young Modern (y digo incluso porque me parece el disco más inferior de toda la discografía de Daniel Johns, ganándole por goleada el debut de The Dissociatives, una verdadera joya que a mi parecer debería haber marcado la evolución de Silverchair).

De todos modos, prefiero pensar que todo lo que tenía que dar con un grupo de rock ya lo ha dado. Y realmente, con un disco como Diorama como colofón, yo creo que poco hay que reprocharle en este sentido.