Llevábamos un tiempo sin noticias de Scott Stapp, frontman de Creed, y ahora nos llegan y están alejadas de sus últimas barrabasadas. El número de esta semana de la revista People incluye una entrevista con él en la que habla de su trastorno bipolar y el brote psicótico que tuvo hace unos meses por culpa de las drogas y el alcohol.
Si recordáis, Stapp colgó el pasado noviembre un vídeo en el que aseguraba estar sin blanca; posteriormente fue ingresado en un centro psiquiátrico tras un intento de suicidio. Sin embargo solo se quedó tres días; momento en el que su esposa solicitó una orden judicial que le obligara a seguir un tratamiento de dos meses. El vocalista se negó, vio como su mujer solicitaba que le retiraran la custodia de sus hijos y siguió su espiral autodestructiva, que incluyó varias llamadas a la policía en las que aseguraba querer matar al presidente de EEUU.
Hablando sobre ello con ABC News, Stapp afirma:
Estaba tan fuera de mi, dándole la espalda a todos los que me quieren, hice gravísimas y locas acusaciones sobre mi mujer. Pensé que el gobierno me espiaba. Estaba en un episodio psicótico-maniaco-paranoide. Andaba con el coche por ahí con una recortada en el regazo. Y pensaba que la gente quería matarme. Quizá tenía un intervalo de unos 45 segundos de, «¿Qué está pasando?» y luego volvía a la psicosis.
El estado mental de Stapp llegó al punto de llenar maletas con dinero y cargar el maletero de su furgoneta con armas y objetos deportivos que iba regalando a todo el que se cruzaba. Incluso regaló tres bocetos originales de Dalí a una iglesia católica de Mississippi.
Según cuenta, estaba tomando cantidades exorbitantes de Adderall.
Llegué a tomar el doble de la dosis legal de ese medicamento, 120 miligramos. Y eso me llevó a un brote psicótico completo.
Finalmente terminó entrando en rehabilitación y siguiendo un tratamiento para su desorden bipolar. Y ahora ha vuelto a casa con la intención de lograr recomponer su matrimonio y la relación con sus hijos.
Hay esperanza. Cuando estoy con esta mujer siento que siempre hay esperanza y me está enseñando qué es el amor de verdad y solo por eso le estoy agradecido.