Se pasó Scott Stapp, vocalista de Creed, junto a su esposa, por el programa Dr. Oz (vía Alternative Nation), donde además de repasar sus miserias quiso hacer un llamamiento a sus compañeros de banda para trabajar en un nuevo disco.
Puedo decirte que espero (que Creed se vuelva a reunir). Quiero a los chicos con todo mi corazón y, si están mirando, «Vamos chicos, hagamos otro disco».
Preguntado por como la fama le terminó pasando factura:
Todo lo que podía soñar estaba sucediéndome. Mi banda estaba logrando el éxito, mi inseguridad financiera se había ido, era querido y adorado por millones de fans y me desperté un día y casi no podía ni levantarme. Tenía la sensación de que… Que tenía dos guantes cubriéndome el cerebro con presión. Mis articulaciones me dolían y no tenía energía y no sabía qué pasaba.
Seguramente los abusos de drogas tendrán algo que ver, Scott. Precisamente a ello se refiere posteriormente:
Llevaba despierto tres o cuatro días metiéndome anfetaminas y cocaína y estaba en estado psicótico. Me cogí un ático en el Hotel Delano en South Beach y pensé que la policía estaba intentando echar abajo la puerta -cosa que no era así- pero yo tenía ese delirio, esa alucinación. Y al intentar escapar, pensé que sería buena idea ir de mi balcón al de la habitación de al lado, me resbalé y caí desde 12 metros y ese día debí haber muerto.
El músico cuenta como el amor fue lo que le hizo salir de ese agujero (metafórico) en el que había caído:
En un momento de absoluto pavor por mi vida que pensé, «No voy a volver a ver a mi mujer. No volveré a ver a mis hijos». Así que el amor salvó mi vida.