En una reciente entrevista de Sticks For Stones (vía Blabbermouth) con Mike Portnoy, batería de The Winery Dogs y ex-Dream Theater, ha sido preguntado por su opinión de Lars Ulrich, batería de Metallica.
Bueno, tengo un respeto tremendo por Lars, pese a llevarse todos los palos en la comunidad de baterías. Para mi, su valía no es necesariamente en su forma de tocar la batería sino que tiene más que ver con ser parte de una revolución musical, de la que él fue una parte fundadora inmensa. Ha sido un activo tremendo para Metallica, no solo como compositor sino como gestor y su capacidad de etiquetar cosas y su habilidad para organizar su música y su actuación sobre un escenario – es un músico muy animado en el escenario. Y para mi, prefiero ver a alguien como Lars Ulrich sobre un escenario que uno de esos baterías técnicos que puede hacer un cuádruple paradiddle a 240bpm. Para mi, eso es aburrido. ¿A quien le importa eso? Prefiero que me entretengan e ir a un concierto a ver un batería que me haga sonreír. Así que no jugo a los baterías en función de su habilidad técnica; los juzgo basándome en todo lo que ofrecen y lo que aportan a la música de la que son parte. Y lo que Lars aporta a la música de Metallica es incalculable. Así que me la trae al pairo si su metrónomo es más o menos estable o si sus ‘fills’ son torpes; me da igual eso. Para mi hay mucho más que precisión y técnica para ser un buen batería.