El frontman de Deftones, Chino Moreno, ha hablado con Matt Pinfield en su podcast (vía Theprp), donde ha recordado como fueron las sesiones de «Eros», el álbum que quedó en salmuera tras el accidente de tráfico que sufrió el bajista Chi Cheng y que le dejó en estado vegetativo.
Nos volvíamos a llevar muy bien durante las sesiones de «Eros». Incluso parecía que la música quedaba en segundo plano detrás de nuestra amistad. Como meternos en el estudio y ponernos a jugar al juego de mesa «Risk», con una partida elaborada que se alargaba hasta…
Empezábamos una partida y se alargaba durante semanas. Y nos poníamos a jugar y sabes, llegaba Terry Date que se encargaba de producir ese disco, y llegaba y decía, «Vamos tíos, pongámonos a trabajar» y le decíamos, «una partida más, bla, bla, bla». Pero nos divertíamos tanto como amigos y estabamos reconectando… Durante esas sesiones es cuando Chi tuvo su accidente.
Fue como que habíamos pasado por todo eso y estábamos al borde de hacer algo grande con todas esas buenas sensaciones y pasó eso. Nos rompió hasta el punto de decir, «¿Qué tenemos?» Sinceramente, ni siquiera… No hubo ni siquiera el pensamiento de si ibamos a continuar como banda, simplemente pensamos que hasta allí habíamos llegado. Nos tomamos entre seis meses y un año en los que ninguno de nosotros… La música no era tema de conversación.
Obviamente nuestros pensamientos estaban con Chi y esperábamos que pudiera salir de su situación que, para aquellos que no lo supieran, estuvo en un coma y los médicos no podían darnos una respuesta de si iba a salir de él o no… Así que mantuvimos el optimismo pero como te decía no hubo realmente ningún pensamiento sobre qué iba a pasar con la banda, la música en la que habíamos estado trabajando o nada sobre el futuro.
Y entonces un día nos reunimos en ese estudio de Sacramento -que aún tenemos- donde estuvimos componiendo ese disco y donde trabajamos durante años y años. Nos juntamos ahí un día y nos sentamos y hablamos… Y fue raro porque todo nuestro equipo estaba ahí preparado, el bajo de Chi, todo estaba preparado en el círculo que siempre hacemos cuando componemos y grabamos, y él no estaba ahí.
Pero todo en esa habitación estaba tal cual la dejamos. Así que empezamos a hablaro. Probablemente pasamos una hora o dos hablando de Chi y contando historias de nuestros primeros días de conocerle hasta donde estábamos.
Y a esas alturas, en lugar de llevar la conversación a «¿qué hacemos ahora?», todos fuimos a nuestro equipo y de forma natural empezamos a tocar y ahí empezamos a componer lo que se convirtió en «Diamond Eyes».