Jonathan Davis, Fieldy y Ray Luzier se pasaron por el podcast de Matt Pinfield para charlar del nuevo disco de Korn, «The Serenity Of Suffering» además de recordar la grabación de sus dos primeros discos en los estudios Indigo Ranch de Malibu, con Ross Robinson en tareas de productor.
Fui ahí para enseñárselo a mis hijos y yo no sabía que se había quemado. Y llegamos ahí y estaba derribado. No lo sabía. Me llevé a mis hijos y empezaron a caerme las lágrimas y me dijeron, «papi, ¿qué pasa?» Y les dije, «no sabéis lo mágico que era este sitio». Básicamente fue el lugar de nacimiento de toda una escena que empezamos -¿como lo llamáis? ¿Nu metal o lo que sea?- ahí nació todo y ahora está muerto.
Preguntado por la experiencia de grabar con Robinson, con quien repitieron en 2010 con «Korn III: Remember Who You Are», cuenta:
Un infierno. Y luego trabajar en «Korn III» fue un super infierno. Fue incluso peor. Es como una especie de actuación de una cheerleader metódica y le gusta presionarte y que llegues a un punto en el que te derrumbas – lo entiendo, lo entiendo y me parece totalmente maravilloso cuando se lo haces a chavales de de 24 años. No cuando tenía 32 y estuve haciendo «Korn III», no. Recuerdo que estábamos por ahí cuando hicimos el vigésimo aniversario y estábamos con Suicide Silence y me dijeron que estaban preparándose para entrar (al estudio) con él…
Fueron y nos dijeron, al volver que se metieron ahí e hicieron exactamente lo que nosotros. Estaban sentados mirando al suelo, en silencio mientras les gritaban porque él empezaba eso que llama la sesión de desplume en la que te empieza hablando de problemas y metiendo el dedo en la llaga para cabrearnos tantísimo por dentro para sacar ese fuego en la música. Hay un método en su locura pero no es divertido… Te quiero Ross, no me malinterpretes, te quiero de verdad.
En otro orden de cosas, Davis, Fieldy y Pinfield recordaron sus momentos con Chi Cheng, el malogrado bajista de Deftones.
Fieldy: Cuando conocimos a esos tíos (Deftones) andábamos empezando, era más que éramos amigos, no éramos estrellas del rock, éramos amigos. Se desarrolló esa unión y cuando pasó eso, es como que, quise reunir… Quería hacer una canción porque su madre me contactó y necesitaba algo de ayuda.
Así que fue como hagamos una canción juntos y tratemos de recaudar dinero, junté un puñado de músicos y colgué esta canción, «A Song For Chi», y le di todo el dinero a esa causa porque estaba en coma durante un par de años y era mucho dinero, su seguro no lo cubría, fue algo muy sentido. Pero fue muy guay hacer la canción y la gente aún puede, probablemente seguirán donando, aunque no sé porqué hace tiempo que no lo reviso.
Davis: El tío era tan adorable, le quería. Podríamos estar aquí durante horas recordando locuras. Era un tío muy espiritual y algunos de mis momentos favoritos con él era simplemente quedarnos despiertos hablando de cosas espirituales. Es una persona maravillosa, maravillosa y es una desgracia lo que pasó.