En 1989 las ventas de CDs habían dominado el mercado y Sony anunciaba que dejaría de producir uno de los formatos más memorables, el vinilo. Los formatos más modernos y, más tarde, los formatos digitales y el streaming fueron dejando al disco de vinilo en el pasado.
Sin embargo, en los últimos 10 años el vinilo ha tenido un crecimiento constante de ventas. El fanatismo por el formato, el coleccionismo, la popularizacón de lo nostálgico y eventos como el Record Store Day han colaborado para que el mercado del vinilo consiga una nueva audiencia y despierte un renovado interés en el formato físico.
¿El vinilo está de vuelta? Al menos su consumo ha ido creciendo a niveles llamativos. De hecho, la consultora Deloitte supone que 2017 multiplicará considerablemente los números, llegando a 40 millones de discos vendidos que dejarán unos 1000 millones de dólares de ganancias.
Y aunque la industria esté disfrutando del «regreso» del formato (y los ingresos que esto dispara), hoy se enfrenta a un problema: las grandes compañías dejaron de tener los medios para crear vinilos hace años y las pequeñas empresas que aún los producen han quedado sobrepasadas por la demanda.
Con esta tendencia en mente es que Sony ha anunciado que retomará la producción masiva de discos de vinilo a partir del año que viene, en una planta de la prefectura de Shizuoka que ya está comenzando a ser equipada, con el asesoramiento de «viejos» ingenieros que aportarán su experiencia a una nueva generación.
Aunque sabemos que es poco probable que el vinilo recupere la popularidad que tenía en los 80s… ¿Será este el inicio de un nuevo cambio de paradigma para las ventas de música? ¿Veremos al formato físico volver a consolidarse por encima de los formatos digitales?