Mikael Åkerfeldt, frontman de Opeth, ha reconocido a Revolver que la banda sueca desechó material para un álbum ‘death metal’ que finalmente acabó siendo «Heritage».
La decisión tuvo que ver con el progresivo desencanto de Åkerfeldt con el ‘death metal’ y el apoyo de uno de los compañeros de banda.
El último (disco) de death metal que compré porque me interesaba fue el «Domination» de Morbid Angel. Eso era 1995: mucho tiempo ya. No digo que solo hayan habido malos lanzamientos desde entonces -por supuesto que no- pero esa fue la última vez que quise oír algo nuevo. Y Morbid Angel siempre estaban a la vanguardia de las bandas de death metal. Vi a David Vincent hace una semana y pensé, «Ahí lo tienes, el rey del death metal». Y le dije, «Eres el mejor, joder. Si no fuese por ti no tendría una banda».
Así que sin duda que el death metal significa mucho para mí pero nuestro death metal, si lo quieres llamar así, culminó con «Watershed». Y ahí se terminó. No podía seguir. No podía hacer nada mejor. Ya no escuchaba nada con gritos aparte de mierda antigua. Así que quería ser más fiel a la persona que soy. Ya viste los discos que compré: ya no había death metal ahí. Dokken era lo más parecido (risas)
Aún puedo tocar death metal cuando quiero -lo hago cuando tocamos en directo- pero llegó a un chirriante final. Y casi cometí un error. Casi compuse otro disco como «Watershed» pero Martín Méndez, nuestro bajista, lo paró. Dijo, «Esto no es lo que deberías estar componiendo».
En cuanto a si había unanimidad en la banda para dejar atrás el death metal, explica:
Creo que Fredrik, que solo había hecho un álbum a aquellas alturas, quedó algo conmocionado. Porque es un tipo metalero. Pero no los otros chicos. Nos unimos muchísimo durante la composición de «Heritage». Aún así compuse unos buenos 30-40 minutos de música de Opeth tipo «Watershed» pero cuando Martín me dijo aquello, le dije, «Gracias» y lo borré. Y empecé con «Heritage».