El Washington Post ha entrevistado al frontman de Velvet Revolver, Scott Weiland, por el lanzamiento del nuevo disco de la banda, «Libertad«.
Weiland habla de las diferencias entre este último trabajo y su debut, «Contraband«. «Hemos visto quienes somos y queríamos explorar diferentes direcciones musicales. Cuando yo me uní a la banda, estos tíos ya llevaban tocando juntos durante un tiempo -simplemente ensayando sin cantante. Ya estaban metidos en este ritmo. Yo entré y tuve que amoldar ese ritmo en el mío propio para que funcionara musicalmente. Pero ese primer disco tenía un montón de ferocidad y mucho cabreo. Creo que era como estaba en ese momento. Y creo que todos sentíamos como si tuviéramos que demostrar algo. En este disco, queríamos ir más allá y probar cosas diferentes, sacar un montón de influencias. Mis propias influencias van desde los Stones y Beatles al jazz, bossanova, los Carpenters y Jerry Jeff Walker. Al ir haciéndome mayor, he perdido el miedo de mostrar mis influencias al hacer un álbum. Hacer un álbum debería ser una experiencia honesta. No debería ser tratar de ver lo que es popular ahora mismo; debería ser una expresión artística y dejar constancia de lo que quieres dejar constancia. Eso es lo que hemos hecho.»
Le recuerda el periodista al oír como Weiland asegura no tener miedo de mostrar sus influencias como en su primer disco, Stone Temple Pilots fueron criticados por parte de la prensa musical considerándolos una copia de Pearl Jam. «En su momento me preocupó. Pero creo que con la canción 'Plush' puedes hacer la conexión con Pearl Jam del mismo modo en que puedes hacer esa conexión con la canción 'Hot Legs' de Rod Stewart con la de The Rolling Stones. 'Plush' resultó ser el single con el que explotamos. Acuérdate de esos tiempos: a Pearl Jam le decían de todo Nirvana y la prensa. No empezaron a ser la niña de los ojos de la prensa hasta la muerte de Kurt (Cobain). Y luego él (Eddie Vedder) tomó mel relevo como genio trastornado y amargado. Pero estoy tan orgulloso del legado de Stone Temple Pilots. Hemos compuesto cerca de 18 éxitos del Top 20, y muchos de ellos siguen siendo radiados por las radios. Ese era el legado que queríamos crear. Queríamos que nos siguieran poniendo en la radio los próximos 20-30 años. Y eso está ocurriendo. Lo único que queda sin terminar es el final de la historia. Siento que podría haber un mejor capítulo final, un mejor final del libro. Si los planetas se alinean, uno no sabe lo que algún día podría ocurrir.»
Pero centrándose en el presente, el rotativo le recuerda como la alta cantidad de giras y desplazamientos creó tensiones internas en la banda durante la gira de «Contraband» que estuvieron cerca de provocar la ruptura del quinteto. ¿Han tomado medidas para que esto no se repita? «Cuando las cosas se empiezan a poner feas y nos metemos en esa máquina taladradora camino al infierno, solemos juntarnos y hablar. Lo exitoso que eso resulta depende del estado mental de cada uno. Normalmente funciona bastante bien. Pero últimamente, han ocurrido algunas cosas que no deberían haber pasado: con miembros de la banda usando irresponsablemente los medios como herramienta para decir cosas que no deberían haber dicho. Y eso es una puta blasfemia porque una banda debería ser un puerto seguro sin que importe lo que ocurra fuera de ella. No importa la clase de problemas que una familia esté teniendo: no debería salir de ahí. La puta prensa ya es lo suficientemente mala. Parece que todo el mundo tiene una agenda y esa agenda parece ser vender revistas o tiempo en las ondas con historias sensacionalistas. Mira la mierda con Britney Spears y Lindsay Lohan, esas trágicas figuras. No es que nada de ese rollo sea nuevo; esa clase de mierda ha estado pasando desde hace años. Lo que pasa es que los medios no lo perseguía. Cuando la gente cae, o vuelve a caer o se levantan y se preguntan porqué. Pero eso no sale en E! o los programas de famosos. Se ha convertido en una adicción para el público americano. La gente está más interesada en esa mierda que en las próximas elecciones.»
Weiland, antes de proseguir, quiere dejar clara una cosa: «No, no, no , necesito aclarar esto de una vez por todas. Nunca hice ninguna prueba para Velvet Revolver, joder. Nunca he hecho ninguna prueba para ninguna banda. No haría una prueba ni para los putos Rolling Stones. Stone Temple Pilots nos separamos y yo estaba trabajando en mi disco en solitario. Lo último que quería hacer era unirme a otra puta banda de rock después de todo el drama por el que había pasado con Stone Temple Pilots.
Me encontré con Duff (McKagan, bajista) en el gimnasio y me dijo que estaban formando una nueva banda y que debería echarle un vistazo a ver si me gustaba. Me dieron dos CD's diferentes con unas 40-50 canciones. El primer CD era simplemente atroz. Era material que habían compuesto con Izzy (Stradlin, ex-guitarra de Guns N Roses) y sonaba como una mala imitación de Bad Company. Les dije que estaba ocupado y que no estaba demasiado interesado en la idea. Unos 3 meses después de eso, me llegó otro CD con algunas canciones más y habían dos que pensé que eran bastante buenas. Una se llamaba 'Slither'. Pensé que sonaba mucho a los Stone Temple Pilots del 'Core' -como 'Piece Of A Pie' o 'Wicked Garden'. Yo pensaba, '¿Qué haría yo con esto?' Si oyes las voces, es muy a lo Scott Weiland de la era 'Core'.
En esos momentos, mi mujer y la de Duff se hicieron amigas, e hicieron campaña para que me uniera a la banda. Lo que terminó pasando fue que mi mujer y yo nos separamos. Ella estaba con sus hijos en Los Angeles y yo estaba viviendo en nuestro apartamento de Hollywood, metiéndome toda clase de drogas. Y esos tíos estaban limpios en esa época. Me dije que si me metía en esa banda quizá sería una buena oportunidad para juntarme con algunos tíos que no se metían nada y que habían pasado por lo mismo que yo. Por aquella época, su manager me llamó y me dijo que habían dos posibilidades de hacer un par de cosas para bandas sonoras por mucho dinero. Me dijo, 'Haced las canciones, cobrad un gran cheque y si resulta que trabajáis bien juntos, seguid adelante'. El primer día no aparecí porque estaba colocado y no pude. Pero al día siguiente vine y nos pusimos a trabajar en el 'Money' de Pink Floyd y compusimos una canción nueva, 'Set Me Free'. Y me uní. Pero nunca, jamás de los jamases, hice ninguna prueba.»
En octubre Weilandcumplirá 40 años, y más de uno se asombrará que haya llegado tan lejos después de todos los excesos que el vocalista ha cometido en su vida. «Siempre supe que llegaría porque soy un superviviente. Soy como una cucaracha. Si hubiera una bomba atómica, sería una de las pocas personas que quedarían. Saldría de un agujero de entre la porquería, un agujero de gusano. He tenido tantas oportunidades, es asombroso. He tenido tantas sobredosis y he sobrevivido…He estado en el hospital con los médicos metiéndome Narcan en las venas – un medicamento que quema la heroína que tienes en el cuerpo para que tu corazón vuelva a latir. Me han arrestado tantas veces por posesión de narcóticos y he sufrido las consecuencias, estando en la cárcel. A decir verdad, hubo un largo periodo en el que realmente mi vida me importaba una mierda. Hubo un periodo en que habría sido una bendición no volver a despertarme. Pero siempre era fuerte y seguía adelante. Sabía que siempe caería de pie. Mi único miedo era que podría acabar en la cárcel mucho tiempo y tener que estar lejos de mis hijos, mi mujer y mi música.
Debo decir, eso si, que no estoy sobrio. No he tomado drogas en tres años y medio así que considero que estoy limpio. Pero bebo un poquito. A mi me ha funcionado pero no se lo recomiendo a todo el mundo. Pero si, hay una gran diferencia en el escenario. Cuando no estoy completamente borracho, es un sitio mucho más vulnerable. Puedo sentir la música, puedo sentir la energía y tengo que soltarla ahí. Cuando estaba borracho, era completamente inconsciente de lo que pasaba. Estaba tan emocionalmente alejado que era un engreído. Hacía de todo. Me subía al escenario con ropa de mujer. Tacones, y todo lo demás. Estaba colocado. Y hay algo que debe decirse sobre eso, y sobre como eso pertenece al rock and roll. Tiene sus momentos y sus sitios. Pero no puede durar. No puedes seguir haciendo eso. No es algo bonito. Y no puedes seguir grabando cuando estás colocado de heroína, cocaína o pastillas. Pierdes el contacto con la calidad emocional de la música. Tu corazón empieza a no conectar. Ya no siente, y la música consiste en emociones y corazón. La droga te da objetividad cerebral pero solo dura un momento. Después, es todo un montón de mierda.«