X-Press Online ha entrevistado a Duff McKagan, bajista de Velvet Revolver, que ha querido desmontar el mito recurrente que existe sobre lo que supone la vida en la carretera de un grupo de rock.
«Creo que la gente piensa de verdad que lo de las giras es como el cliché: glamour y mujeres y cocaína y lo que sea que se les ocurra. Pero estar de gira es vivir con la bolsa a cuestas, yendo al aeropuerto día tras día, pasando por la seguridad y estar sentado esperando al siguiente vuelo cancelado o con retraso. Luego llegar al siguiente sitio, registrarse en el siguiente hotel, ir a donde sea para que te laven la ropa de la bolsa, ¿sabes? La mejor parte, la parte fácil son las dos horas que estás en el escenario. La parte cansina son los constantes viajes. Como la pasada noche en que fuimos del escenario directamente al bus dirección a la frontera, luego de nuevo al puto bus, y otra vez la policía fronteriza. Así que no es que me muera por salir de gira, ¿sabes? No es que diga, 'Oh, guay, ¿cuando puedo volver a pasar por el arco de seguridad del aeropuerto?»
Duff habla sobre «Libertad«, el regreso a la actualidad de la banda: «Ya teníamos el título del disco lo cual moló porque cuando el disco estuvo acabado y masterizado y lo escuchamos, el álbum sonaba como el título. Así que es posible que el título haya tenido un efecto subconsciente sobre como compusimos todo. Vamos, no sé como pero suena como el título. Es como todo un disco que representa libertad musical. Es bastante guay.»
El bajista tiene tiempo de echar la vista atrás y recordad como fue el hecho de crecer siendo el pequeño de ocho hermanos. «Ahí no habían limitaciones, respeto todo lo que oí siendo niño. Y no había MTV ni nada de eso, así que lo que tenía eran fotos mentales en mi cabeza de quien fuese tal como yo pensaba que eran y imaginándolos haciendo lo que les daba la gana. No pensaba en el rollo de las limusinas y las estrellas de rock. Siempre he odiado el término 'estrella del rock'. Las estrellas del rock eran algo odiaba. Eso era alguien de Styx, ¿sabes? No era lo que yo ni el resto escuchábamos cuando éramos niños. Led Zeppelin no eran estrellas del rock, eran putos genios, ¿sabes?»
Habiendo recalcado que a día de hoy sigue a rajatabla lo que aprendió de niño, el bajista explica su vida familiar: «Lo que hago para ganarme la vida es una de las cosas más raras que puedas hacer para ganarte la vida y para tener familia y cualquier clase de agenda. Sabes, es genial porque hemos estado en casa haciendo el disco. Así que he estado como un año cada día en casa. Llevando a los niños al colegio, yendo a buscarlos, nos volvió a meter una rutina. Mis niñas, saben como es salir de gira. Les encanta subirse al bus de gira. No es que estén muy metidas en nuestra banda pero les encanta la cosas de salir y ver mundo. Pero no hay ninguna forma feliz de planificarlo de forma perfecta. No estuve en casa el día de ma madre y eso fue una mierda. Es la primera vez que me lo pierdo. No puedes planear muchas cosas. Solo esperas que tu y tu familia podáis con ello.
Mi vida no está delimitada por Velvet Revolver ni nada de lo que hago. Mi vida está delimitada por mi mujer y mis dos pequeñas. Sin duda mi vida está delimitada por lo que ocurre entre las cuatro paredes de mi casa. Mi pequeñas, que tienen seis y nueve, me tienen de ejemplo para todo. Confían absolutamente en mi, quieren mi consejo. Es decir, aquí tienes un tipo que ni yo mismo pensaba que fuese a llegar a los 30 y que lo tenía asumido. Y ahora miro a los ojos a esas niñas y ellas me seguirían a tirarnos por un acantilado si les dijera que es seguro. Eso es lo que me delimita. Mi vida en Guns y ahora en Velvet Revolver, eso solo es mierda extra.«