No vamos a alargarnos demasiado en introducciones ya que no es la primera ni la ultima vez que hablamos de Amplifier. El caso es que aprovechando su paso por Barcelona el pasado mes de mayo tuvimos la ocasión de departir con el frontman Sel Balamir, recién despertado y llegado a la sala Salamandra.
pA: Habéis grabado el nuevo disco de un modo muy diferente a «The Octopus». Si no me equivoco, «Echo Street» fue hecho en poco más de un mes. ¿Por qué ese cambio? ¿Acabasteis demasiado cansados de todo lo que supuso crear algo como «The Octopus» donde os encargasteis de todo, desde la música hasta el marketing, la distribución, etc.?
Sel Balamir: No… Lo que pasa es que nos quedamos sin dinero así que teníamos que hacer un disco muy rápido. El otro disco no estaba preparado así que teníamos que hacer un disco en un mes / seis semanas. Teníamos que hacerlo de otra manera porque no teníamos suficiente tiempo por lo que tuvimos que recordar cosas del pasado para usarlas, como si fueran semillas para el disco. Así que esa es una manera totalmente diferente de hacer un disco. No fue planeado sino que se ha hecho por necesidad.
pA: Es un poco como el EP «The Fractal», ¿no?
SB: Si, si. No fue algo planeado sino que simplemente es algo que ocurrió.
pA: ¿Qué pros y contras tiene hacer un disco así?
SB: Bueno, es azar. Y ese es el mayor problema: es jugártela a lo grande porqué no sabes como sonará, ni siquiera sabes lo que es cuando empiezas, tienes que invertir dinero en hacerlo… Y puede acabar siendo una mierda.
pA: ¿Es más barato hacer algo así?
SB: Nunca volvería a hacer algo así, nunca. Por los riesgos. Si tienes mucho dinero y tiempo, te puedes permitir el riesgo. Pero el hecho es que nosotros teníamos que sacar un disco y aún siendo una mierda, teníamos que sacar el disco. Bueno, no diría mierda pero quizá no tan potente como uno querría que fuese. Porque no sabes qué será y es un poco moverte a oscuras.
pA: Habéis trabajado con Chris Sheldon…
SB: Si, se encargó de mezclar el disco. Le conozco desde hace una década y he trabajado con él muchas veces.
pA: La producción es tuya, eso si…
SB: Si, si. Pero no teníamos mucho tiempo. Teníamos que hacer cada canción y mientras hacíamos la siguiente, Chris ya estaba mezclando la previa. Así que cuando terminé, el disco estaba acabado.
pA: El gran cambio respecto a vuestros anteriores discos es la entrada de Steve (Durose) y Magnum, ¿cierto? ¿Qué han sumado a Amplifier? ¿Ha cambiado la manera en que trabajáis?
SB: Bueno, en «Echo Street» no tanto porque se hizo tan rápido que no hubo ni ensayos. Eran simplemente las ideas principales que tenía en mi cabeza y yo y Matt le pusimos los arreglos y los otros tíos tocaron encima de eso. Es diferente del tipo de colaboración y ensayo de un proceso compositivo (normal). Pero cuando imaginaba como sonaría lo que sabía es que tendría muchas más voces -porque hay muchas más voces- y que tendría que dejar espacio para que pasaran otras cosas. Esa sería la mayor diferencia. Pero funciona bastante bien porque hay bastante espacio en el disco. Mientras «The Octopus» es bastante aplastante, «Echo Street» es como el contrario de eso. Hay mucho espacio para que la gente pueda sentarse y escucharlo con detenimiento.
pA: ¿Estás satisfecho con el resultado obtenido teniendo en cuenta el tiempo que habéis tenido para hacerlo?
SB: Probablemente es mi disco favorito. Es como tener un bebé no planeado, una bonita sorpresa. Es un pequeño trauma en su momento pero la verdad es que me encanta. Probablemente sea el (disco) más atemporal porque se basa todo más en la melodía, las canciones son más simples…
pA: ¿Qué hay de las críticas? ¿Las has leído?
SB: Leí las primeras que salieron pero después ya no me preocupo. Es como con cualquier disco: hay a quien le gusta y hay a quien le parece una mierda. Así que da bastante igual, a menos que seas Radiohead (risas)
pA: ¿Qué nos puedes decir de un tema como «Matmos»? Estuvimos haciendo algo de investigación y existe un dúo de música electrónica llamado así (risas)
SB: No tiene nada que ver (risas) ¿Sabes de donde viene el título? Viene de una película («Barbarella») En la película es el nombre del lago debajo de la ciudad del placer así que es una buena metáfora porque la canción no es sobre eso… Ninguna de las canciones son sobre nada, son emocionales.
pA: ¿Como sueles escribir tus letras?
SB: No así (risas) Normalmente cada canción va sobre algo muy definido pero en «Echo Street» ninguna de las canciones va sobre nada. Muchas de las letras las escribí a partir de fotos, recuerdos parciales que quizá fuesen recuerdos o fuese algo de la TV… Así que todo es bastante vago y difuso. Pero eso es un poco el disco, algo medio nostálgico y que quizá no llegó a ocurrir. Las canciones vienen a ser medio recuerdos de los 90.
pA: Cuando oigo un tema como «The Wheel» («La rueda»), realmente ves que el título/letra encaja perfectamente con el sonido…
SB: Por eso se llama «The Wheel». Porque eso es lo que es (risas)
pA: ¿Tenías la música y pensabas en un título…?
SB: Mmm, si, supongo que si fue algo así. Pero no, no, es simplemente lo que siempre fue, «The Wheel». Y la letra sale sola. Pero la mayoría de letras del disco se sugieren solas echando un vistazo y tratando de sentir lo que es. ¡No teníamos tiempo! Las letras de «The Octopus» llevaron mucho tiempo, escribiéndolas, reescribiéndolas pero para las de «Echo Street» creo que no estuve más de una tarde para cada una.
pA: Estuvisteis recientemente en la India. ¿Qué tal la experiencia?
SB: ¿Has estado alguna vez?
pA: No, la verdad es que no. ¿Qué tal el público?
SB: Inmenso.
pA: ¿Fue un festival?
SB: Bueno, era una especie de concierto de una universidad. Supongo que de estudiantes ricos (risas) Podía ir cualquiera, eso si, pero no creo que la mayoría de indios ni siquiera tengan una radio o reproductor de CDs o Facebook. Pero si, estuvo bien. La mayoría de nuestros fans son indios: si miras en nuestro Facebook verás dos cientos y pico mil fans y el 70% son de la India. Uno no sabe qué pensar. Y tocamos ante 3000 personas que vinieron de todo el país. Y probablemente esta noche toquemos ante 40 personas (risas) Es muy raro.
Es un choque cultural brutal. Es como retroceder 150 años. Ves a gente con lepra en las calles… Gente viviendo en putas cabañas al lado de la carretera con sus satélites.
pA: ¿Y qué tal se comportan en un concierto? Es decir, has estado en multitud de países…
SB: Igual que en cualquier otro sitio. La misma emoción. Sinceramente, probablemente más emoción que en muchos otros sitios porque no es normal. Tienen hambre de esas cosas. Me gustó aunque hace un calor tremendo…
pA: ¿Aún mantienes contacto con vuestro anterior bajista, Neil?
SB: No, Neil empezó una nueva vida así que… Hace muchísimo que no le veo.
pA: Volvéis a trabajar con un sello, Kscope. ¿Qué tal la relación? ¿Como os dio por volver a trabajar con una discográfica? ¿Es muy diferente a los tiempos en que tuvisteis tan malas experiencias con discográficas?
SB: Si, muy diferente: ahora yo soy el jefe. Yo puedo decidir, hacer, decir lo que quiera y ellos se tienen que atener a eso. Por eso tuvimos que hacer el disco: no quería quedarme sin dinero y tener que pedir prestado dinero porque entonces ya no te respetan. Pero bueno, Kscope está bien. Son buena gente.
pA: Pero entiendo que sobre todo se dedican a distribuir el disco, ¿no?
SB: Me interesaba trabajar con ellos porque es un sello emergente y hay muchos de esos ahora. Me interesó porque algunas de las bandas que representan, su público, podemos gustar a ese público bastante probablemente. Por eso me interesó trabajar con ellos, para aprovechar esa oportunidad. También tienen un pequeñísimo pie puesto en EEUU cosa que para mi es también muy interesante. Es un trabajo duro vender discos. Sabes, con «The Octopus» vendimos mucho pero lo hicimos desde el garaje de Matt. Y es imposible hacer más de lo que hicimos porque para eso necesitaríamos contratar a gente para que trabajara para nosotros y eso cuesta: tienes que pagar impuestos, seguro social y esa clase de cosas. Así que es mejor tener a alguien que haga eso por ti.
Pero el gran problema que surge siempre es que, tan pronto otro se encarga, da igual lo mucho que se esfuerce, nunca será tanto como te esforzarías tu.
pA: Claro, es tu bebé… Y para ellos es simplemente trabajo.
SB: Si, si, eso es.
pA: Me comentabas que te pareció interesante el hecho de que Kscope tuviera representación en EEUU; ¿habéis pensado en atacar aquel mercado?
SB: Si, tan pronto como sea posible y antes de que su economía se derrumbe (risas) Es difícil: no por la naturaleza de la música de Amplifier -porque eso no es para nada difícil- sino que económicamente es un pozo sin fondo: ya solo ir son como 30.000 euros. Hay que invertir mucho dinero; necesitas que alguien invierta por lo menos un cuarto de millón de euros entre marketing e ir allí a hacer una gira. Porque la verdad es que partes de cero, esa es la realidad. Por eso es interesante para mi que Kscope haga ese mercado para ir empezando. La única manera de llegar ahí que otro haga algo e ir pasito a pasito. A veces esas cosas pueden llevar cinco años, diez… No quiero esperar diez años (risas) Tendré setenta por lo menos (risas)
pA: ¿Y otros mercados? ¿Por ejemplo Sudamérica?
SB: No tenemos dinero. No hay dinero. El mundo está en recesión, la música es gratis… Es realmente difícil hacer algo más que… Si ciertamente, hay quien gasta fortunas haciendo marketing a escala Britney Spears pero… Creo que necesitamos centrarnos en India (risas)
pA: ¿Y Pakistán?
SB: China. China es un buen mercado.
pA: Déjame terminar con una pregunta ajena a Amplifier pero como fan reconocido de Soundgarden que eres, ¿qué te pareció «King Animal»?
SB: Genial. Brillante. Su tercer mejor álbum, el tercer mejor álbum de Soundgarden.
pA: ¿Y cuales serían tu primer y segundo disco favorito de ellos?
SB: Como mejor diría «Badmotorfinger» y para mi -sé que es diferente de mucha otra gente- pero probablemente «Louder Than Love». Pero pondría el nuevo por delante de «Superunkown». O al menos al mismo nivel. O depende del día por debajo. Pero muy bueno. Para una banda que llevaba tanto tiempo sin hacer nada me esperaba, sinceramente, una mierda. Y la verdad es que quedé feliz al oírlo.
pA: Muchas gracias por tu tiempo, Sel.
SB: Gracias a vosotros.