El frontman de Slipknot y Stone Sour, protagoniza un vídeo de la The You Rock Foundation, en el que habla de sus problemas con la depresión que le llevaron a tener pensamientos suicidas pero que, gracias a la música, pudo dejar esos malos tiempos atrás.
Al llegar a los 17 (años) empecé a hacerme polvo y empecé a atacar a mucha gente. Creo que mucha de la rabia y tristeza estaba empezando a salir en otras áreas. Así que empecé a reaccionar ante muchas cosas. Cuando tienes esa edad, todo sigue aún en desarrollo así que no tienes aún los mecanismos de defensa para superarlo. Creo que la gente mientras menos logre aclarar ciertas cosas más le costará hacerlo más adelante.
Fui un vagabundo, yendo de un sitio a otro, durante unos dos años. Y no sabía qué iba a hacer, no sabía qué hacer con mi vida. No tenía dinero, no tenía libretas. Cargaba mi ropa conmigo en una bolsa de basura, viviendo bajo el puente en la parte sur de Des Moines. Y era duro; fue un tiempo verdaderamente oscuro para mi. Llegué a un punto en el que quería acabar con todo. Tenía la cuchilla en la mano y empecé a cortarme. Pero fue como una situación como de válvula de escape en la que no es que fuese a terminar con todo, simplemente necesitaba sentir algo real para salir de ahí. Y afortunadamente lo sentí. Terminé tragándome un puñado de pastillas. Mi abuela me llevó al hospital, me dieron ipecacuana, vomité, luego me tuvieron que entubar carbón líquido para relajar el estómago. Aquel fue probablemente el momento más bajo de mi vida por lo que me había hecho a mi mismo. Lo único que de verdad me ayudó fue escribir. Tenía la impresión que cuando escribía podía superarlo y ser capaz de entenderlo. Me proveyó de una manera de sacar ese grito primario sin tener que gritar. El grito estaba ahí de ser necesario pero también era capaz de cantar y poder dominar las emociones que sentía sin enloquecer. Fue la cordura que necesitaba para volver a sentir el suelo y seguir adelante dejando muchas de esas cosas atrás.