Pese a que, tras el fin de Nirvana, Dave Grohl se ha confirmado como un excelente compositor, durante los años en que estuvo en el grupo no se prodigó demasiado en labores creativas. Habló de ello hace unas semanas con la KROQ.
Empecé a tocar la guitarra cuando tenía 9 ó 10 años, así que ese es mi primer instrumento. Toqué la guitarra en bandas cuando era joven pero los baterías siempre eran algo, mmm, mierdosos. No sé como decirlo. Así que finalmente le dije a uno de los baterías, «Hey, dame esas cosas. Voy a probar a ver». Empecé tocando la batería y se me dio bien, así que a partir de ahí empecé a ser el batería. Pero siempre llevaba una guitarra conmigo de gira estuviera donde estuviera y siempre componía y las grababa, pero nunca se las dejaba oír a nadie porque no pensaba que fuesen buenas y no creía que nadie las quisiera oír.
Estar en Nirvana es como que no quieres confundir el proceso compositivo cuando estás en una banda como esa con el mejor compositor del mundo y todo lo que tenía que hacer era pegarle de hostias a la batería y que existiera Nirvana. Eso fue genial, pero cuando la banda terminó fue algo que entendí que iba a ayudarme en la vida, tratar de hacer algo nuevo y plantarme un reto más que no convertirme en el batería de otra banda.
Por otro lado, también habló de la situación del rock and roll actualmente.
Se pone mucho rock y hay mucho interés por el rock y se está haciendo mucho rock. Creo que la cultura popular funciona por ciclos. Piensa en donde estaba la música antes de que Nirvana y Pearl Jam y Soundgarden y Alice In Chains y todas esas bandas lo petaran. Estábamos en un sitio que casi parecía intocable. Hubo muchas bandas muy estilizadas y muy producidas. Fue realmente divertido y fue divertido festejarlo, pero a veces tienes hambre de algo auténtico. Quiero ver a un tío sudando sangre sobre su instrumento que acaba de machacar en el suelo. Todo el mundo tiene eso dentro y creo que la cosa funciona a ciclos. Para mi es mi aire, mi comida, mi estilo de vida. Es lo que hago. Mi banda es mi familia y la música que hacemos es nuestra voz. Nunca desaparecerá. Cuando salgo a un concierto de Foo Fighters, ya sea en un pabellón, club o estadio lleno de gente cantando «Everlong», «My Hero» o «Pretender», el rock and roll está vivo y con buena salud. Siento si hay gente que se sienta muerta de hambre por ello.
Yo ya no soy un chaval. El rock and roll es un juego de chavales jóvenes. En este punto de mi vida, mi misión es poner instrumentos en manos de esos chicos. Mira el episodio de Buddy Guy. Mira el episodio de Steve Albini, o Chuck D, o Dolly Parton, o Seattle, y pon un instrumento en tu mano y empieza a tocar. Porque entonces será solo cuestión de tiempo. Nadie va a mirarme y pensar, «¡Como mola Dave, es lo último!» Eso no pasará. Nosotros montaremos la fiesta. ¿Quieres venir? Nosotros traeremos la fiesta. Sino, haremos un proyecto como este con la intención de inspirar a la gente para que se inspire.
Precisamente de esas nuevas bandas que pueden tomar el relevo en el rock ha hablado Grohl con el New Musical Express. El músico se muestra encantado con los británicos Royal Blood:
Vi algunas imágenes en directo y me emocionó ver una banda tan heavy, con riffs, con canciones y que podía tocar, y un público realmente emocionado por verles tocar.
Y luego alguien me dijo que el álbum llegó al número uno y de un tío con guitarra ver que otro tío con guitarra logra el número uno es tan alentador. No es que crea que el rock ‘n’ roll sea el único tipo de música pero en estos tiempos es bonito ver que aún enseña la patita de vez en cuando. Y es un buen disco, estoy emocionado por ello.