Carrie Brownstein ha charlado con Fasterlouder del regreso de Sleater-Kinney, que publican el 19 de enero «No Cities To Love».
De la composición del disco:
Probablemente yo sea la que menos está en Portland de las tres pero técnicamente todas vivimos en Portland. Así que trabajamos juntas. Mucho fue Corin y yo. Traíamos un verso o un estribillo o un riff y tratábamos de convertirlo en una canción. Luego podíamos llevarle algo más coherente y completo a Janet, que ayudaba con los arreglos y la estructura y comentar si una parte debía ser más larga o corta.
De la grabación, calificada como «secreta» en el comunicado de prensa de presentación del disco:
Lo más raro fue, de hecho, lo no secreto que fue. Solo es secreto echando la vista atrás porque no gente no lo sabía, pero nadie firmó acuerdos de confidencialidad ni nada de eso. Estábamos en un estudio (Tiny Telephone) en San Francisco y habían otras bandas ahí también. Pero de algún modo no se filtró nada. Simplemente hubo este acuerdo tácito de que no iba a ser algo de lo que la gente fuese a hablar. Pero no diría que grabásemos en secreto como alguna clase de secta o Illuminati. Se lo dijimos a mucha gente y, sea como fuere, no contaron nada.
Del regreso:
Bueno, no siento que sea una reunión. No puedo controlar como lo llama la gente pero diría que nuestra metodología lleva a que no sea una reunión. No volvemos simplemente a tocar en algunos festivales – sacamos un disco y haremos una gira bastante tradicional. La intención era empezar a tocar de nuevo y que fuese una continuación, una reinvención, una reimaginación de la primera iteración de la banda. Esa es la sensación que me da. Me da la sensación de que la forma en que lo encaramos es llevando la voz cantante y la mayoría de gente no lo ha llamado una reunión.
Brownstein confirma que Wild Flag, la banda que formó con su compañera Janet Weiss y Mary Timony (Helium) es historia y que no tendrá problemas en compatibilizar Sleater-Kinney con su papel en «Portlandia».