Además de estrenar el vídeo de «Racing Toward A Red Light», tema a incluir en «Along The Shadow», el nuevo disco de Saosin, el primero en 7 años y el debut en estudio del grupo con Anthony Green al frente, la gente de Noisey ha charlado con Green de sus superadas adicciones:
Tío, ¿sabes cuanta gente hay que haría cualquier cosa por tener esa sensación de interpretar el arte por el que sienten pasión delante de (otra) gente? ¿Y compartirlo? Y sigues adelante y lo haces y lo desperdicias, no puedes sentirlo, no estás ahí para eso. Es, de alguna manera irrespetuoso. Y durante años fui culpable de eso. Hay un DVD en directo de Circa Survive en el que estoy puesto de heroína. Lo odié. No quise publicarlo. Los tipos de Sumerian me convencieron de que estaría bien. En plan, que no íbamos a lograr el contrato a menos que no quisiera sacar el DVD. E hice que lo reeditaran y recortaran cien veces pero me avergüenza. Estuve fumando heroína hasta diez segundos antes de subir al escenario.
Green habla de su sobriedad:
Es la hostia. Me encanta. Tengo un problema de vez en cuando. Hay sus momentos. Y son mayormente los mejores momentos. La mayor parte los buenos momentos que me encuentro deseando haber tenido. Ya no pienso tanto en la heroína como pienso en plan, «Ah, estaría bien tomarse una copa». ¿Sabes? «¿No sería guay ahora tomarse una puta cerveza con todo el mundo?» Pero solo llevo tres años limpio así que aún recuerdo fácil y rápidamente lo asquerosa que era esa mierda. Aún lo tengo cerca. A medida que te alejas es más fácil olvidarse de toda la mierda horrorosa. Como cuando te separas de una chica, años más tarde no te acuerdas de como trató de apuñalarte y como quería apartarte de tus amigos y cambiarte, solo piensas en la genial sensación que era dormir a su lado. Así que aún lo tengo fresco. Me da una especie de sensación desagradable en el estómago y en la cabeza cuando pienso en ello.
Pero me gusta mi vida de ahora. Es mucho mejor para mi a todos los niveles en lugar de vivir como un drogadicto funcional. Soy mucho más feliz. Pero dicho eso, es algo que recuerdo a diario y contra lo que lucho. Y no es solo eso. Como cómo un yonki. Trato de comer saludable pero de golpe me vuelvo loco y no me conformo con una cheeseburger, tengo que comer tres cheeseburgers y patatas y dos batidos diferentes. Lo mismo pasa con el sexo. Así que me encanta. Me encanta mi vida y me encanta estar vivo. Me encanta ser padre. Me encanta ser un artista. Y son todo cosas que realmente sufrieron cuando me drogaba. A veces me cabreo mucho conmigo por no poder actuar con moderación, no poder hacer algo un poquito y no que me chupe toda la vida. Siento resentimiento hacia mi pero prefiero estar sobrio.