El batería de Alice In Chains, Sean Kinney, ha charlado con FaceCulture sobre como su adicción a las drogas estuvo a punto de acabar en tragedia y que ni siquiera el fallecimiento de Layne Staley, muerto por una sobredosis, le hizo dejarlas.
Recuerda Kinney como durante la época en que compusieron y grabaron el álbum «Dirt«, «lo que fuese que hiciéramos y todas las cosas que nos metíamos, funcionaban en ese momento. Y en algún momento dejaron de hacerlo. Bueno no dejaron de funcionar,» se corrige, «sino que empiezan a funcionar en tu contra. Algunas cosas abrieron algunas puertas, algunas las cerraron.
Mientras hacíamos el 'Dirt' todos estábamos de acuerdo en cuanto a donde estábamos en la vida. Y partir de ahí, todo empezó a descontrolarse un poco. Fue durante ese disco (en que los miembros de la banda empezaron a darle fuerte a las drogas) – la cosa era lo máximo posible y así se quedó.»
El batería explica que «hace unos años» dejó las drogas y que volver a poner en marcha Alice In Chains, «no podía ser tóxico para mi. No tendría sentido (si así fuese). El 50% del porqué estoy haciendo esto es para tomar el legado (de Layne) y el que creamos juntos adelante y avanzar con esta banda con William (DuVall, sustituto de Staley) y seguir con la vida. Todos hemos crecido, y eso es importante.
Si tuviera que elegir…No querría estar ahí fuera y ser desgenuino (sic) y falso – estar ahí llevando nuestro legado y el de Layne y estar jodido. Eso no le hace bien a nadie – no me lo hace a mi y no estaría feliz conmigo mismo haciéndolo. Así que escogí. ¿Qué es más importante? La música es lo más importante.
Lo mismo que nos salvó…Cuando empezamos la banda, yo era un 'sin techo'. No tenía donde vivir. Así que la música, de algún modo, se convirtió en mi vida y me salvó en ese momento. Supongo que, de alguna manera, lo volvió a hacer.«