Eyeweekly ha charlado con Trent Reznor, líder de Nine Inch Nails, aprovechando la actuación que el grupo dará este domingo en Toronto, dentro de su gira de despedida, una gira que ni siquiera se esperaba después de que Reznor anunciara al público del festival de Bonaroo que estaba presenciando el último concierto de NIN.
«Lo que ocurrió es que cuando terminamos la gira NIN/JA (que compartieron con Janes Addiction), mis sensaciones fueron de 'Bien, pues eso ha sido todo'. Estaba feliz. Pero para dar por finiquitado a NIN sentí que sería bueno hacer algunos conciertos que fueran algo más libres, y no tan restringidos con el tiempo.»
De este modo, NIN ha estado dando concierto en pequeños locales de Nueva York, Chicago y Los Angeles, siendo el concierto en Toronto la excepción al tratarse de un festival (el Virgin Festival), y siendo más que nada para hacer caja, en tanto en cuanto el resto de conciertos se saldaron con pérdidas para Reznor. «Si, hay un pequeño aspecto de mercenario en esto pero al mismo tiempo me encanta tocar en el área de Toronto.»
Preguntado sobre el concierto del que mejor recuerdo tiene, Reznor elige el que dio en 1994 compartiendo cartel con Soundgarden. «Andábamos resentidos con Soundgarden porque su disco ('Superunknown') salió el mismo día que 'The Downward Spiral' y nos ganaron el número 1 del Billboard. Eso fue como una especie de enfrentamiento profesional. Y les enseñamos (como hacer las cosas).»
Al hablar de Soundgarden es inevitable que hable sobre su pique con Chris Cornell, después de las críticas que vertió sobre «Scream«, el último disco en solitario del ex-frontman de Soundgarden. «No tengo ningún problema personal con Chris. Lo que dije en Twitter…Es algo más profundo de lo que aparecía en la superficie. Estábamos en Interscope (sello discográfico). Y yo tenía a Jimmy Iovine, el presidente de ese sello, viniendo a verme en cada disco desde 'With Teeth' diciéndome que debería hacer una cosa urbana – por un tiempo fue Timbaland, luego otro rato fue Pharrell – porque 'así es como vendes discos'. La idea parecía tan absurda e insultante. No estoy hablando de, 'hagamos un disco con Dr. Dre' porque eso hasta molaría. De lo que él hablaba era de hacer que tu disco suene como lo que suena en la radio, sea o no apropiado. Y eso es lo que hizo Chris. Pienso que cuando alguien que es respetado como él sigue esa ruta, da el mensaje de que está bien renunciar a cualquier clase de valores auténticos que tuvieras para ser la moda el momento. No creo que eso esté bien. Me parece que es dañino. Si hay una pelea que tengo en el mundo de la industria musical es tratar de que el arte esté primero y el comercio después.»
¿Cabe entender su retirada del circuito de directos como una nueva afrenta a la industria? No y lo explica: «Me metí en esto porque sentí que tenía algo que decir; no era para hacerme rico ni famoso. Pero en el clima de hoy, hay gente que me va dando codazos diciendo, 'Vale, has sacado algo de dinero, hagamos más dinero'. Y haces más dinero haciendo giras. Pero encuentro que, como un hombre de 44 años, no es algo que quiera hacer siempre. No digo que no disfrute haciendo conciertos pero no necesito hacerlo durante un año, viviendo el mismo día una y otra vez. Mi tiempo será mucho mejor invertido creativamente más que no estando sentado en un bus de gira porque es una máquina de hacer dinero. No quiero que Nine Inch Nails sea una responsabilidad. Bueno, lo es. Es toda mi vida pero no quiero que sea algo que dé la sensación de ser un trabajo o una obligación que me castigue. No siento que Nine Inch Nails se haya quedado sin ideas pero empieza a dar una sensación de comodidad. Y quiero tirarme en algo que sienta incómodo y arriesgado y ver qué pasa.»
No suelta prenda sobre lo que puede ser porque «sé que si soy específico empezaré a ser amenazado por los fans» pero hace saber de su interés por el desarrollo de software y que la idea de llevar a la pequeña pantalla la serie de «Year Zero» «sigue viva.«