Si Julian Assange, la cabeza visible de Wikileaks, australiano de nacimiento, podría entrar en su país (si le dejan salir del Reino Unido y no le extraditan a EEUU, claro), Muse podrían no tener la misma suerte.
Y es que los de Devon infringieron la política antihumos del pabellón Ron Laver de Melbourne, el pasado 14 de diciembre. El bajista Christopher Wolstenholme fue el autor del «crimen» y si bien al empezar el concierto trató de disimular ya hacia el final del concierto estuvo fumando tranquilamente entre canción y canción.
Una portavoz del pabellón ha declarado que «las autoridades hablaron con la banda antes y después del concierto y quedaron extremadamente decepcionadas cuando decidieron alardear de infringir nuestra estricta política anti tabaco. Son conocidos por ser una banda anti poder establecido pero aún así fue triste ver que decidieron seguir adelante (con fumar) sin importarles (la prohibición).»
Parece que a las autoridades tampoco les gustó que Matt Bellamy alentara un 'mosh pit' ya que ello está prohibido en Australia tras la muerte de una chica en un concierto de Limp Bizkit en 2001.
En declaraciones al tabloide The Sun, un promotor australiano ha explicado que el trío lo va a tener crudo para volver a tocar en el país en un periodo de cinco años: «A estos tíos no les van a permitir tocar en Australia. Da igual lo exitosos que sean. La ley es la ley. Los promotores no lograrán una aseguradora que les cubra – tan simple como eso.«