Los británicos Terrorvision fueron una de esas bandas que debido a la música que hacían no era fácil de clasificar: demasiado blandos para los heavys/metaleros y demasiado duros para los pop/rockeros. De lo que no hay duda es que nos dejaron un legado en forma de canciones por el que más de una banda se pegaría por tener: «Alice What's The Matter», «Oblivion», la tremenda «Middleman» (todas ellas de su excelente «How To Make Friends And Influence People«), «Perseverance» o «Tequila», son buenos ejemplos.
Sin embargo, si en los 90 todo fue miel sobre hojuelas, la llegada de la nueva década no trajo consigo el mismo éxito y finalmente, en octubre de 2001, tras un último concierto en su Bradford natal, anunciaron su disolución.
Afortunadamente, tras varios conciertos de regreso en distintos años, el quinteto vuelve con un nuevo álbum de estudio titulado «Super Deluxe«, que significa el primero en 10 años y el estreno del batería Cam Greenwood que sustituye a uno de los fundadores de la banda, Shutty.
El vocalista Tony Wright ha hablado con el Rock Desk News sobre el regreso del grupo: «Hace diez años no teníamos otro álbum que hacer. Es tentador seguir adelante y vivir de rentas y decir, 'Si, toco en una banda de rock' pero sentíamos que la mejor razón por la que tocar era para hacer grandes discos. Nunca cantaríamos sobre castillos o sombras o amor o esas mierdas. Necesitábamos salir al mundo real para encontrar auténtica inspiración – algo de lo que cantar. Ahora hemos aprendido cosas que queremos cantarle a la gente. Si lo escuchas espero que escuches la sinceridad que Terrorvision considera importante en el rock and roll.»
La separación fue algo positivo, de acuerdo a Wright. «Mientras más profesional se hacía el equipo de apoyo, parecía que cada vez menos les interesaba la música y más el dinero. Esta vez no vamos a trabajar con ellos. Pero ellos nunca lo fueron todo: nunca les habríamos dejado que se entrometieran en la música que queríamos hacer. No somos hombres de negocios así que pisamos con cautela. Pisamos los dedos que necesitamos pisar pero a la misma vez podemos relajarnos un poco porque tenemos un álbum genial.»
Analizando la situación de la industria, el vocalista considera que «la música se hace más fuerte y los grandes sellos más débiles. Si no fuese por la red creo que ahora mismo la gente estaría pagando 30 libras por los CDs. Pero la música les viene gratis a quienes la componen. Las canciones no nos cuesta nada componerlas – las recogemos del aire cuando flotan por encima de nuestras cabezas. Somos una banda de directo y eso lo tenemos de nuestra parte. Es un placer escuchar al público corear tus canciones.»
No considera Wright que sus mejores días hayan quedado atrás: «Hemos logrado lo que nos propusimos con este álbum que no era otra cosa que hacer un disco que capturara ese elemento crudo y directo que nos caracteriza. Lo hicimos por nosotros. Si somos reconocidos por ello luego, no me importa. Quizá llevemos 100 años muertos cuando alguien diga, '¿Por qué la gente estaba viendo 'X-Factor' cuando había esta banda por ahí?' Quizá nos hagan una estatua…»