Reconozco que el factor sorpresa, es uno de los motivos esenciales que mueven mi pasión por la música. Por eso cuando una banda novel cae en mis manos, toda esa pasión cobra sentido e incluso algunas veces la sorpresa puede resultar tan mayúscula que se convierte en gratitud e incluso alabanzas.
Cuentan los chicos de Anakin en su Bandcamp que sus canciones respiran aromas e influencias de gente como The Rentals, HUM y Weezer. Interesantes influencias a priori. De acertar con la fórmula adecuada, que permita acercar dos universos musicales como los de estas bandas suena magnifico a la vez que atrevido. No es que abunden en la actualidad muchas bandas interesadas en ahondar en las sonoridades del ‘space rock’, esa manera de entender el rock que promulgaron Failure o los tristemente olvidados HUM. Tal es así, que en estos tiempos que corren, los chicos de Anakin se han sacado de la manga uno de esos trabajos reveladores donde las sonoridades de ayer y hoy se fusionan con una precisión poco común en una banda que da sus primeros pasos.
Sin renunciar jamás al buen gusto y sentido por las melodías, con una inminente herencia del pop supongo que algunos verán en estos chicos de Oklahoma unos nuevos representantes del sonido shoegaze, un género tan de moda en los últimos tiempos para referirse a bandas que como Anakin tratan de controlar el ruido y la distorsión de sus guitarras bajo los estrictos parámetros de la perfección melódica.
En todo caso, «Random Accessed Memories» es un álbum tan capaz de satisfacer a estos últimos, como incluso a aquellos que echan de menos a HUM o Failure. Diez canciones para dejarse llevar, para descubrir a una banda cuyo prometedor futuro te devolverá al pasado. Ese pasado que a finales de los 90 escribieron algunas bandas cuyo reconocimiento ha caído en el olvido. Diez canciones para seguir creyendo que debemos seguir atentos al rock independiente porque, aunque en los últimos años el negocio musical ha cambiado mayúsculamente todavía se siguen gestando muy prometedoras bandas y excelentes discos en esos ‘garajes’ a los que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos por haber cobijado tanto talento.