El 4 de Noviembre de 2010 fue un día para tomar decisiones en Barcelona (y no me refiero a si salir de fiesta ese fin de semana o ir a pillar sitio para ver al Papa). Tocaba decantantarse por el rock directo de Danko Jones en la sala Bikini o cruzar la Avenida Diagonal para ir a la sala BeCool a por el rock progresivo de Oceansize. La decisión parecía complicada, pero no podíamos fallar. Jugábamos sobre seguro. Ningún concierto defraudaría. Así que esta parte de pA se inclinó por ver con que nos sorprendería los canadienses.
El concierto comenzó extrañamente frío para lo que suele obsequiar el grupo. Para empezar tiraron de manual ofreciendo dos cortes de su último disco «Below The Belt«: su recién estrenado single «I Think Bad Thoughts» y «Active Volcanoes», para encadenar casi sin pausa con un par de temas más tras los cuales se acabó toda la frialdad comentada anteriormente. Mr. Jones se soltó con uno de sus largos speechs y después de «Sticky Situation» la sala ya no volvió a ser la misma. El carisma del canadiense había aparecido para ofrecernos otro concierto memorable.
El trío se centró en presentar su último disco, pero además hicieron un estupendo repaso a toda su carrera tocando temas de todos sus discos. Así siguieron con «Code Of The Road» de «Never Too Loud«, su disco menos afortunado, para enganchar con «First Date» y «Baby Hates Me» de «Sleep Is The Enemy«.
Justo antes de «Full Of Regret», Dan Cojones (como se hace llamar en nuestro país) hizo las delicias del público con otro de sus parloteos en el que sacó un gran vaso de horchata recién enviado desde Valencia proclamándose admirador de la Dankorchata, para seguir con «Sugar Chocolate» de su primer álbum «Im Alive And On Fire«.
Todo iba por los derroteros que se pueden esperar de un concierto del grupo: mucho sudor, mucho rock, mucho contoneo de cuello y la sala Bikini entusiasmada con los movimientos y los parloteos de su frontman. Así siguieron cayendo temas como la cara B «Sugar High», «Invisible» o «Lovercall», para terminar con «Bring On The Mountain (Become The Mountain)», una canción que no aparece en ninguno de sus discos y que ya se está convirtiendo en un clásico para acabar los conciertos de la banda.
Pero después de esto vendría el parón de rigor y cuatro bises que ponían fin al concierto, en el que la banda satánica de rock (como así se hizo llamar en uno de sus parloteos) demostraron que son una apuesta segura en directo. Su homónimo cantante podría llenar el sólo el escenario, pero lo cierto es que John Calabrese al bajo no se queda corto en cuanto a intercalación con el público y más comedido se encuentra el correcto Dan Cornelius en la batería.