No era la primera vez en portAlternativo veíamos a Skunk Anansie en directo pero si la primera para una servidora. No esperaba nada porque no sabía qué tipo de show nos mostrarían así que lo suyo era dejarse llevar.
Como preludio la banda The Jezabels nos ofreció un íntimo y dulce comienzo de la mano de su cantante, Hayley Mary que tímidamente armonizó la sala. Sus melodías ‘indies’ mezcladas con luces azules dejaban una agradable sensación entre los asistentes.
Y dicho esto, pocos conciertos no tienen su parte buena y su parte mala. En esta ocasión, la mala es que los fotógrafos no pudimos entrar en el foso y la buena es que al encontrarnos con dicho muro, tuve que quedarme en primera fila y vivirlo de otro modo. Mientras esperábamos una larga media hora y la sala se llenaba por fin, parecía que la noche empezaba a mejorar.
Y es que al aparecer en escena con el primer capitulo de dosis de adrenalina fuera de lo normal en el que todos los miembros de la banda lo dan todo a beneficio del espectáculo, quien se lleva todas las miradas es claramente Skin. La cantante es el personaje principal de una historia en la que todo gira a su alrededor y demuestra los años que lleva sobre los escenarios y, sobre todo, lo sobrada de voz que va: tiene voz para regalar. Skin es un torbellino que no deja descanso alguno. Tema tras tema, igual que piezas de ropa se iba quitando, nos dejo boquiabiertos a todos los allí presentes. Digno de elogio es que nunca olvida a los fans, lo cual, hoy en día, a veces no se tiene tan en cuenta. Ella no pierde la perspectiva y lo da absolutamentetodo.
Si bien es cierto que hoy en día muchas bandas de los 90 han vuelto pareciendo que sea más por motivos económicos que por amor al arte, hay que tener en cuenta que la gente paga por ver aquello que no pudo en su momento o que ha conocido actualmente por lo que ver a la banda británica dándolo todo con tanta elegancia y energía es inevitable de elogiar.
En este caso capítulo tras capítulo, la noche era un no parar: Skin, literalmente, se deja llevar por su público andando por encima suyo gracias a las manos de este, como una reina en toda regla.
Como había empezado diciendo, no sabía que esperarme de su directo pero ahora sin duda los juzgaré de otro modo como banda. He de decir que salir de allí con una contagiada sonrisa compartida por los asistentes hizo que incluso la lluvia que cayó justo al salir del local fuese una gozada. Y como de bien nacidos es ser agradecidos, solo cabe decir una cosa al grupo de Londres: ¡gracias!
Texto y fotos: Nuria Ocaña
Agradecimientos: Last Tour International