Hace no más de dos años tuvimos la oportunidad de ver por primera vez al dúo en concierto y dejaron claro que pese a ser solo dos personas, el escenario no les quedó pequeño, dejándonos un buen sabor de boca.

Jaume L Panteón y José Roselló (ex-miembros de 12Twelve, una de las bandas nacionales de rock experimental más reverenciadas) habían conseguido unirse para ofrecer un trabajo consistente y que han ido madurando con el tiempo. Tras presentar su 7» «Fariseo» y su anterior disco, «Catedrales«, ahora nos presentan un disco mucho más asentado, «Verdad«, un experimento químico que tras muchas probetas parece haber conseguido la formula perfecta para dejar atrás su pasado en 12Twelve.

«Verdad» nos muestra ocho temas de lo más psico-contundente -permítaseme la invención- con aires coloreados y aplastantes notas de improvisación. Si bien sus anteriores trabajos nos presentaban un post-rock instrumental bastante experimental, han logrado con esta nueva entrega construir sobre esa base un castillo de colores. Escucharlo al atardecer
por las calles de una gran ciudad sin duda hará que interpretes de otro modo el sonido de los coches con las luces puestas y el ritmo de tus pasos lo agradecerá.

Temas como «Eres el océano», «Gran vía» o «El tiempo» nos ofrecen riff a riff, ritmo a ritmo, explosiones rítmicas y visiones fractales, entremezclándose con melodías para ofrecernos un festival sonoro que evoca a bandas como Battles y su inteligente uso de la electrónica.

Sin duda esperamos seguir viendo como esta ya crecida banda nos sigue ofreciendo trabajos de lo más complejos, arriesgados y con un resultado de «Verdad«.

Abrió la velada el dúo AtletA, que no es otra cosa que Jaume L. Pantaleón y José Roselló, miembros a su vez de la experimental banda barcelonesa 12twelve. Lo que proponen AtletA no deja de lado la experimentalidad de la banda con la que han logrado el reconocimiento pero explorando en cuevas más cercanas a la electrónica; es decir, si en 12twelve el jazz y los instrumentos más tradicionales (por así decirlo) son los que tienen el protagonismo y se mezclan con el rock, en AtletA el rock sigue sirviendo de base pero son las texturas electrónicas y un mayor campo al ruido y experimentación de guitarras las que definen al proyecto. Puestos a etiquetar, la de unos Battles más 'noise' podría servir.

El directo del dúo es, desde luego, bueno. Muy bueno, diría. Que solo dos personas en un escenario logren transmitir esa energía y vitalidad es encomiable. En ningún momento se echa de menos un tercer músico ya que el propio Pantaleón se sirve y se basta para dar empaque al directo con su guitarra, y los teclados y samplers se encargan de la orfebrería electrónica; Roselló, por su lado, da buenas muestras de que el uso que hace de las baquetas no es flor de un día. Y es que el trabajo que llevan a sus espaldas estos dos músicos se refleja perfectamente en directo y sus temas de corte post-rock electrónico experimental no pierden ni un ápice de la frescura con la que suena su 7″ debut, «Fariseos».

Tras poco más de media hora de concierto, era el momento de los madrileños Toundra, de los que, quien esto redacta, había oído excelentes críticas pero no había tenido ocasión de oír.

Lo cierto es que la mayoría de veces es la mejor forma de descubrir una banda y no fueron Toundra la excepción al axioma: su directo es demoledor. Su post-metal en directo tiene ribetes 'stoner' y algún que otro riff Mastodon-iano y pese a que no inventan, si que tratan de darle un barniz diferenciador a su música con la presencia de piano, guitarra española (kudos por esa camiseta de «Dunder Mifflin») y chelo.

El habitual cuarteto se hizo acompañar por los instrumentos antes mencionados para poder recrear en su máximo esplendor algunos temas de su recién editado segundo trabajo (que os podéis descargar gratuitamente desde la web de Aloud) y el efecto logrado fue espléndido. Un tema como «Bizancio» es de aquellos que te deja los pelos como escarpias en gran medida por la montaña rusa de emociones que provoca, por esos pasajes más tranquilos dentro de la fuerte marea que en si es la canción, en su inicio y final.

Pero vamos, el cuarteto sin más añadiduras también es capaz de incendiar un escenario con sus idas y venidas, su 'increscendo' y su contundencia. De excelente cabe catalogar el directo de los madrileños y deja bien a las claras que no tienen nada que envidiar a bandas consagradas género 'post-metalero'. Ahora solo les hace falta promoción y que su música sea oída cuanto más mejor.

Para cerrar el cartel, los gerundenses Two Dead Cats se diferenciaron de sus compañeros de sello ofreciendo un directo de concepción más festiva y con una frontwoman que con carisma y personalidad evita que nos centremos en una voz más bien estridente. Y es que como decimos no es la voz su mayor reclamo pero la puesta en escena y el power pop-rock que practica el quinteto sirve perfectamente para cerrar cualquier festival con una sonrisa en la boca.

Concluyendo pues, no cabe más que decir que Toundra se erigieron en los auténticos triunfadores de la noche demostrando que si al talento se suma el trabajo bien hecho, los frutos obtenidos son de los más sabrosos que se pueda uno echar a la boca.