Su marido y su hermana han explicado en Facebook que se desconoce la causa de la muerte y que será la autopsia la que lo determinará.

Reinert tuvo una amarga salida de Cynic aunque terminó llegando a un acuerdo con el otro integrante del grupo, Paul Masvidal, en 2017.

Tras dejar la banda, el músico se incorporó a Perfect Beings que publicó en 2018 su último disco, «Vier».

Masvidal ha rendido homenaje a quien fuese su compañero y amigo con una fotografía totalmente negra en su Instagram:

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Reinert tenía 48 años.

El batería ha sido cuestionado por Metal Injection con el objetivo de arrojar algo de luz al entuerto.

El músico asegura que su decisión viene de un cúmulo de cosas aunque la gota que colmó el vaso fue cuando la música empezó a resentirse de la mala relación personal.

Lo que colmó el vaso fue cuando la preparación y las actuaciones musicales no estuvieron al nivel (esperado). Yo soy capaz de separar de la música los problemas personales pero cuando la música sufre, es momento de dejarlo.

La guinda fue como actuaba (Masvidal). Desde hace unos años que ha habido bastante tensión. Me convertí en bastante pasivo en lo que al aspecto económico se refiere y cuando las cosas se pusieron feas caí en el alcohol. Fue un mal ciclo. Ahora ya llevo fuera de esa nube casi un año y estoy viendo y notando el daño. Es culpa mía que me pasara eso pero no tengo que seguir bajo esas circunstancias ahora que veo lo tóxica que se ha vuelto nuestra relación. Y si, incluso ya hablamos de su falta de ensayos en la gira de verano del año pasado.

De la intención de Masvidal de seguir adelante con Cynic:

Deberá tocar con otro nombre o que yo firme un acuerdo para que lo pueda usar legalmente. Hasta el momento no hay un acuerdo así. No lo estoy reclamando (judicialmente) por ello él no puede (seguir). Cynic deja de existir como banda en activo. Obviamente, el catálogo seguirá ahí.

Obviamente, tal como pinta las cosas, no parece que vayamos a volver a verle trabajar con Masvidal:

No podría imaginármelo bajo ninguna circunstancia.

Veo a todos esos viejos haciendo ‘headbanging’ con nuestros discos y pienso, «¿Eso con lo que estás moviendo la cabeza? Tío, es un metal gay pero bien gay».

Pese a que a ambos les costó asumir su identidad, Masvidal fue el primero en salir del armario, en 1991. Así, estando de gira aprovechaba para visitar bares y clubes de ambiente. Reinert, por su lado, quería acompañarle pero no se decidía.

Sabía que, en secreto, quería ir a esos clubes también pero por entonces, mi estereotipo de ser gay era llevando vestidos y tops. No tenía ningún modelo masculino, metalero que fuese gay.

Algunas de sus giras no fueron sencillas como cuando compartieron conciertos con Cannibal Corpse. Cuenta Masvidal:

Esa gira fue realmente traumática para nosotros. Llevábamos trajes indios y teníamos una chica a los teclados y estábamos tocando ante este público del Paleolítico que nos tiraba botellas y gritaba, «Fuera del escenario…» Fue nuestra primera gran gira y todo lo que pensamos fue, «Este no es nuestro sitio».

Reinert recuerda como en una ocasión salió con una persona que escribió sobre él en un blog.

Salí con un tipo horrible que blogueó de ello en su web. Así que, durante años, si ponías mi nombre en Google, la segunda cosa que te aparecía, después de «Sean Reinert batería», era «Sean Reinert gay».

Ambos son felices viviendo con sus respectivas parejas. Y como Reinert asegura:

Hay gente gay en todos sitios, haciendo trabajos corrientes, tocando toda clase de música y siempre la ha habido. Me ha llevado años a tener el valor de decir, «Si tienes un problema con eso, tira todos nuestros discos. Es problema tuyo, no mío».

Masvidal concluye:

Una cosa es montártelo con tus compañeros de banda y «hacer ver que eres gay» porque tiene su aquel y otra cosa es vivirlo.