Tomando una horquilla extensa de años (de 1956 hasta 2005) y estudiando 1.064 músicos la conclusión del estudio es que los rockeros tienen el doble o el triple de probabilidades de tener una muerte prematura, en comparación con la población normal.

Ejemplos claros de muertos prematuros son Elvis Presley, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Marc Bolan de T Rex y Kurt Cobain de Nirvana.

El estudio evidencia que un cuarto de las muertes están relacionadas con el abuso de drogas y/o alcohol. «La documentación muestra una población de estrellas del rock y el pop que tienen un desproporcionado riesgo de morir por temas de drogas y alcohol,» declara Mark Bellis, autor principal del estudio, a la agencia Reuters. En el mismo, Bellis cuestiona la idoneidad de usar a estrellas del rock como ejemplos para mandar mensajes antidrogas. «En la industria musical, factores como el estrés, cambios de popularidad a ser ignorados, y la exposición a ambientes donde el alcohol y las drogas son de fácil acceso, pueden contribuir al uso de substancias así como otros comportamientos autodestructivos. Vi que los músicos tenían mayor riesgo en los cinco primeros años después de alcanzar la fama, con unos índices de mortalidad tres veces más alta de lo normal.

Hendrix, Bon Scott de AC DC y el punk rockero Sid Vicious murieron todos dentro del período de 5 años de alcanzar el estrellato.»

Según el estudio, el riesgo de muerte entre los artistas británicos se mantiene alto hasta que pasan 25 años de su salto a la fama: entonces, su expectativa de vida vuelve a asemejarse al de una persona normal. Ejemplo palmario sería Roger Daltrey de The Who, con 63 años. Sin embargo, parece que en EEUU esto no se cumple y siguen con el doble de riesgo de morir prematuramente. Jerry García de Grateful Dead, Carl Wilson de The Beach Boys y Johnny Ramone de The Ramones murieron estando en la cincuentena.

Supone Bellis que esta diferencia entre los artistas de un país y otro puede deberse a que los músicos americanos suelen hacer más giras de reunión que los de las islas británicas, lo cual provoca que estén más años haciendo vida de estrella del rock. Añade que a ello hay que sumar -para acabar de darle surrealismo- la falta de seguridad social por parte de los músicos norteamericanos.