Precisamente Fasterlouder le ha preguntado por sus recuerdos de sus sesiones de trabajo con Silverchair, a los que echó una mano en «Diorama» y «Young Modern»:

Fue un privilegio para mi trabajar con ese trío. Ese trío de calidad. Mantuvieron su tensión en la superficie, mantuvieron su optimismo, mantuvieron su fuerza vital en ese grupo en el que tocaban. Y yo tuve el honor de tirar confeti en su desfile. Y lo hice con orquestación. Y he de decir que la orquestación era buena. Te juro que le di muchas vueltas a esa responsabilidad y te diré porqué: todas las líneas, la idea explícita de las líneas musicales, la complejidad ya se mostraba en las pistas básicas. Me quedó claro que yo no era necesario cuando llegué. Pero entonces quise ser útil así que creo que le di a la ocasión una oportunidad de hacer algo duradero. Bienes duraderos. Más allá de la caducidad de un yogur. Música perdurable y bonita por ser animosa y noble. Y eso lo oyes en la obra de Daniel Johns.

De lo que hará Johns en el concierto no avanza nada porque tampoco él lo tiene claro:

Aún no he hablado de ello con Daniel – hablaremos. Pero de él recibo una sensación de confianza implícita y no estoy seguro de lo que quiere hacer.

Daniel ha huido de la música. Si le veo en ese escenario conmigo, cosa que por supuesto espero – porque me encantan los australianos y para mi él tiene toda la irreverencia y asombro que para mi representa Australia; aún es una nación que cuestiona las cosas y creo que tan dividida entre izquierda y derecha como América. Pero será una gran noche. Si, nuevo material. Lo que trato de confirmar es que está bien hacer lo que hago principalmente que no es otra cosa que no ser alguien sino presentar un entretenimiento. Y te digo que el hecho de componer esto orquestalmente es algo maravilloso para mi.

El objetivo estaba seleccionado. Pero antes, teníamos que calentar motores y ya teníamos el plan marcado.

Primero, queríamos comprobar que tal sonaba el primer disco de Dinero en directo. Así que a las 17:00 nos plantamos en el escenario Adidas Originals donde estos alicantinos afincados en Madrid tenían la difícil tarea de ser los primeros. Lo cierto es que el trío no defraudó a los pocos que nos acercamos a verles y ofrecieron un concierto sin concesiones y potente, inusual para un grupo de sólo tres miembros. Así pudimos disfrutar de temas como «El Momento Perfecto», «No Puedo Explicarlo Mejor (Ni Quiero)» o la tarareable «Vaya Panorama». Tras un breve comentario dieron paso a su primer single En Invierno. Debe agradecerse el esfuerzo de la organización por traer bandas como esta que quizás no encajan tanto con el espíritu del festival.

Tras pillar un poco de sol, era el momento de ver que tal se desenvolvía el polifacético Van Dyke Parks sentado al piano en el Auditorio, denominado escenario Rockdelux para la ocasión. Más conocido por estos lares por ser el arreglista orquestal de algunas canciones del maravilloso «Diorama» y del no tan maravilloso «Young Modern«, ambos de Silverchair. A sus 67 años se le veía muy bien alrededor del público que llenaba la sala, dejándolo encantado tras hacer un repaso a su extensa carrera con temas como «Chicken», «Come Along» o «Jump!».

Al salir, volvimos al escenario Adidas para cumplir con otra cuenta pendiente: era la hora de Standstill. Tuba incluida, abrieron su concierto con «Todos De Pie (Prefacio)» y tras varios problemas con la cejilla, a la tercera fue la vencida para que Enric Montefusco acertara con «El Resplandor», ambos temas de su espectacular triple EP «Adelante Bonaparte«, publicado este mismo año y del que sólo tocaron un tema más, ya que su presentación, así como la de su nuevo espectáculo ROOOM, se produjo el día anterior en el Auditorio, en el que suponemos que gozaron de mejor sonido. Tras esto, vino el momento de recordar su maravilloso «Vivalaguerra«. Con «La Mirada de los Mil Metros», Montefusco evocó el pasado más hardcore de la banda. Después, la más esperada por el público: «¿Por Qué Me Llamas A Estas Horas?», momento en el que empezó a desfilar gran parte del público hacia tierras prometidas.

Los que nos quedamos nos dimos cuenta de que Standstill son mucho más que un grupo de un disco y sobretodo muchísimo más que un grupo de una canción. Así pues, tras «1, 2, 3 Sol» y después de unos breves 40 minutos de concierto, llegó el final del mismo con temas de su homónimo álbum. Con «Feliz En Tu Día» y «Cuando» terminaban, quedándose con ganas de más tanto el público como la banda. Ya nos estamos preparando para el día 11 de Junio en la sala Apolo, donde tendremos otra oportunidad de más y mejor Standstill.

Antes de Sunny Day Real Estate, queríamos más y nos dimos un salto al escenario ATP, que estaba abarrotado para ver a Built To Spill. Los de Idaho ofrecieron un concierto de lo más correcto donde se olvidaron de su último disco «There Is No Enemy» e hicieron un breve repaso a sus casi 20 años de carrera para deleite del público allí presente, tocando temas como «Goin' Against Your Mind» de «You In Reverse«, «In The Morning» de «Theres Nothing Wrong With Love» o «Else» de «Keep It Like A Secret«.

Por fin se hacían las 0:05 de la noche y puntuales a la cita daba comienzo el concierto de Sunny Day Real Estate en el escenario Ray-Ban que poco a poco se iba llenando. Desde el momento en el que sonaron los acordes de «Friday» se les veía enchufadísimos. Dan Hoerner (guitarra) estaba especialmente feliz, sin parar de moverse por el escenario y de charlar con el público. Todo hacía presagiar que viviríamos un gran concierto.

La voz de Jeremy Enigk (voz y guitarra) sonaba genial, sobretodo en los cambios de ritmo tan típicos de esta banda, apoyados por unos riffs potentísimos de Hoerner que, junto con las líneas de bajo del profesional Nate Mendel, daban contundencia al sonido, todo ello arropado por un sólido William Goldsmith a la batería.

En su primer concierto de la gira europea, no faltaron clásicos de la banda de Seattle, que ofrecieron temas de sus cuatro discos, centrándose especialmente en los dos primeros: «Diary» y «LP2«. Canciones como «In Circles», «Seven», «The Ocean», «Guitar And Video Games» o «J'Nuh», que cerró el concierto, encantaron al público que se quedó con ganas de más y así lo hicieron saber con gritos y silbidos cuando SDRE salieron del escenario al que ya no volvieron, ya que, lamentablemente, la organización sólo había programado 50 minutos de show.

Tras este concierto, terminaba el peculiar Primavera Sound de pA, del que quedamos encantados con la organización de un evento que mueve a tal magnitud de gente, en el que casi no se tienen que hacer colas y que se realiza en un entorno casi perfecto para organizar festivales de este tipo.